La pandemia golpea a todos los rubros, pero aquellos sectores dedicados al entretenimiento y el ocio son los que están más lejanos a reanudar sus actividades. Guía de Noticias habló con Leandro Saint Bonnet, coordinador provincial de casinos de ATE, quien contó el panorama actual de los y las trabajadoras.
“La situación es compleja en todo lo que es el espectro del juego. El sector privado presiona para que abran los casinos y los trabajadores son rehenes de estas decisiones. Hay una problemática de deficiencia salarial porque los compañeros cobraron entre 50 y 70 por ciento menos que un mes común”.
La precariedad laboral de los y las trabajadoras de los casinos es una problemáticas que se arrastra hace casi treinta años, pero con la coyuntura por el Covid 19 la condición empeora. “Es una actividad que está compuesta en su mayoría por bonificaciones variables. Entonces, los trabajadores cobran el básico que es de entre 24 y 29 mil pesos, a muchos les da vergüenza reconocerlo, pero hay compañeros que viven con una sola comida al día”.
Señaló que “para hacerle frente a la pandemia se hicieron negociaciones en el Ministerio de Trabajo y hay planificaciones para pagar bonos promedio en función de las bonificaciones anuales, pero no hay ninguna definición, como sucede con la mayoría de los reclamos que se hacen, así que el casino no está exento”.
A pesar de las ganancias que genera el juego, el trabajo del casino no es reconocido hace mucho tiempo. El dirigente gremial recordó, “con la infinidad de recursos que se generan, nuestros compañeros deberían estar muy bien salarialmente. Considerando, además, que es un trabajo insalubre ya que tiene horarios rotativos, con jornadas de 24 horas, sin luz del día y quince minutos de descanso para comer”.
Saint Bonnet, quien también es secretario Gremial de ATE – Seccional Tigre (distrito en donde está Trilenium), explicó cómo es que la recaudación de los casinos está mal gestionada. “Es necesario visibilizar el juego, porque tantos los gremios como los políticos hacen silencio, aunque sea una de las actividades que mayores ingresos generan. Detrás de los casinos hay negociaciones, aportes a campañas políticas y empresarios de primera línea. Hoy el 52 por ciento de la ganancia de una máquina se la lleva el privado. La provincia se queda con el 48 por ciento restante y con eso hace la repartición a desarrollo social y paga gastos corrientes, que dentro de esos pagos están los salarios”.
Destacó asimismo, “hay provincias que tienen al Instituto de Loterías fusionado con el Ministerio de Desarrollo Social, por lo que gran parte vuelve a la sociedad. El Instituto Provincial de Lotería y Casino es el primero que se mira cuando una nueva gestión ingresa, pero es lo que menos nombra. Acá, en Buenos Aires siempre se usó de caja, tanto Vidal como Scioli. Según la ley provincial, la recaudación del juego no puede ir a lo privado. Pero le buscaron la vuelta, Vidal licitó los casinos y cedió por 20 años el juego, como es el caso del casino de Mar del Plata, un lugar ícono de nuestro país, que ahora lo controla la empresa de Casinos Victoria”.
También, en el diálogo con este portal hizo referencia a sindicatos de la misma industria. “Hay algunos gremios que se sentaron a negociar con el Presidente, a espaldas de los trabajadores, y como tienen una ideología política afín no quieren generar conflicto. Estos gremios chicos hace 30 años que representan al sector y la precariedad sigue, por lo que son más patronales que representantes gremiales”.
Para cerrar, Saint Bonnet habló de la situación actual que viven las personas ludópatas. “La gente que tiene el problema del vicio no está teniendo contención social, por más que uno crea que es beneficioso para esa persona que el casino no esté abierto, ese ciudadano no está contenido, cuando es el Estado el culpable de que esa persona tenga un vicio, porque le pone el casino en sus narices”.