El agua y la salud

22 de marzo, Día Mundial del Agua y 31 de marzo, Día Nacional del Agua. Nota de opinión de Natalia Fernández, concejal de Cambiemos Tres de Febrero.

Nota de opinión: 

El agua es un elemento imprescindible para la supervivencia; nuestro cuerpo funciona gracias a ella. Sin embargo, aún no tomamos conciencia para racionalizar su uso. Si bien el planeta tiene alrededor de un 70% de agua, de esta cantidad sólo el 2.5% corresponde a agua dulce.

Los requerimientos de agua varían entre personas y según las condiciones ambientales diferentes. En promedio, se necesita ingerir 2 litros de agua segura diaria.

¿Qué es el agua segura? Es aquella que por su condición y tratamiento no contiene gérmenes ni sustancias tóxicas. El uso de agua segura te ayuda a prevenir enfermedades, por lo que es imprescindible contar con ella para beber, hacer hielo, lavar alimentos, hacer infusiones, lavarse los dientes y, por supuesto, cocinar.

En Argentina existe desigualdad regional en el acceso al agua segura, incluso a niveles municipales. No todos contamos con red de agua segura en los domicilios o para utilizar en la agricultura. Incluso, el agua de pozo puede estar contaminada con diversos elementos.

Además del agua potable suministrada por la red (agua corriente), se puede convertir en agua segura aquella que proviene de otras fuentes (pozo, aljibe, cisterna). En ese caso, como la contaminación no siempre se nota a simple vista o por el sabor, es necesario tomar ciertas medidas.

Colocar dos gotas de lavandina por cada litro de agua y dejarla reposar 30 minutos antes de consumirla, o hervirla durante 3 minutos, son métodos simples y accesibles para consumir agua segura. Si fuera posible “guardar” el agua, hacerlo en bidones limpios y con tapa, para preservarla de toda contaminación y suciedad, cambiando regularmente el agua no utilizada.

Estas recomendaciones se reiteran incansablemente una y otra vez desde los ámbitos de salud y de t quienes trabajan en la cuestión del agua, en la convicción de que sólo la concientización y el aprendizaje pueden al menos resguardarnos ante un tema tan vital.

No resulta exagerado el presagio que la guerra del futuro es por el agua del planeta. Tal vez, lo único equivocado es que no tenemos que esperar. El agua es el gran problema del presente.