Pelloni con el obispo fallecido en 2020, D'Annibale

Martha Pelloni no es sólo una referencia católica, 30 años fue rectora del nivel secundario y acompañó reclamos por justicia que hicieron mucho ruido, como el caso de María Soledad Morales. Hace dos años vive en Santos Lugares y forma parte del equipo de seguimiento de los casos de denuncias por abusos del Obispado de San Martín. En línea con este último dato, en diálogo con Guía de Noticias reveló la preocupación del obispo Martín Fassi por la resolución del TOC2 en la causa por abuso infantil contra el excura Carlos José, “él me dijo que está a favor de las víctimas”.

Pelloni aclaró que aunque no tiene contacto directo con la escuela San José Obrero de Caseros, su mirada global es que “para cualquier institución educativa, sea religiosa o laica, la defensa de los derechos humanos es universal, y en esos derechos está la dignidad de la persona”.

Conocida la absolución de José en la causa de Mailin Gobbo, la religiosa difundió una carta, en la cual expresó su desacuerdo. “Siento vergüenza por el fallo del tribunal, no sólo por la negación de lo que la verdad grita, y que son varias chicas que pasaron por eso. Es una barbaridad porque una ley nacional (27.206) está por encima de las provinciales. Sufrí eso mismo en Corrientes y sé de qué se trata”, comentó en la entrevista.

Señaló que “el ex sacerdote nunca negó lo que hizo, porque pidió perdón a los padres, cómo es posible que los jueces nieguen la verdad”, y recordó, “ese flagelo, esa herida no se borra nunca, por eso no prescribe. Esas personas fueron dañadas”.

La hermana de la congregación de las Carmelitas Misioneras fue más allá en cuanto a la división de la comunidad vinculada con el colegio y dijo que “no puede haber silencio. Es una barbaridad apoyar a un abusador, es incomprensible”, incluso pateó el tablero: “Se pide la separación de la Iglesia del Estado, yo creo que debe ser independencia. Una cosa es la tarea de la Iglesia de cualquier religión y otra, es el Estado a través de una institución pública”.

Cercana a toda la problemática de las niñas y los niños como parte de la Red Infancia Robada, mencionó a este portal que en la ONG “tenemos dos objetivos clave, por un lado la atención de las víctimas más vulnerables, que no pueden pagar un psicólogo, un abogado. El segundo es hacer prevención educativa, en los barrios, en las familias, las escuelas. Para evitar el machismo y las distintas violencias”.

A sus 80 años y tras vincularse con diversas realidades en el país, como los casos de Catamarca y Corrientes con la trata de personas, analizó que “los problemas son los mismos, la forma de resolverlos es distinta”, y rescató de los últimos años, “en general, crecimos en la protesta social, en el salir, denunciar, en que tengamos comisarías de la Mujer, oficinas de género. Esta fuerza no la tenemos que perder, porque es a lo único que le tienen miedo”.