Pirillo, entre la lucha y la necesidad de un recambio sindical

A pesar de estar en el palco con Moyano, el referente de los municipales reclamó una mejor lectura de la “pelea” con el Gobierno. La reforma previsional, “la 125 de Macri”.

El secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López, Victorio Pirillo, analizó ante Guía de Noticias el momento político y las estrategias desplegadas en los diferentes conflictos laborales.

Aunque estuvo en el palco escuchando muy de cerca el discurso de Hugo Moyano, no dejó de mostrar su particular posición sobre el movimiento sindical. “No tienen una buena lectura de su oponente”, apuntó. Consideró que el Gobierno tiende a “elegir enemigos” y “eliminarlos”, eligiendo “el terreno y el momento de la pelea”. Sostiene, entonces, que las medidas gremiales juegan el juego impuesto por el oficialismo.

“En todos los actos hablan siempre los mismos dirigentes. Yo hubiera puesto a hablar un trabajador del INTI, uno de Camioneros, un bancario, un docente, los que padecen en carne propia las políticas del macrismo”, se quejó.

Sin embargo, aprecio que “muchas seccionales y delegaciones de gremios que no acompañaron la movilización estuvieron presentes, como la UOM y Comercio. Entonces, lo que se vio es que Moyano estaba rodeado por más de 300 mil trabajadores y la CGT sola”.

¿Hay un quiebre entre las conducciones sindicales y las bases?

Sí, por eso hoy hablar de representación es algo muy tirado de los pelos. La gente fue porque la situación económica no es buena y muchos están decepcionados con lo que votaron. A ese desencanto se han sumado los opositores crónicos al gobierno.

Esa foto del palco, ¿se puede traducir en una oposición orgánica o es circunstancial?

Hay un sector que va a ver siempre mal lo que haga este gobierno y está esperanzado con un proyecto de retorno de Cristina. Eso es algo que no me interesa. No estoy en contra de nadie, sólo quiero que se reviertan las medidas económicas, porque a este gobierno lo votó el pueblo, incluso el pueblo pobre.

Estuvo  en una asamblea en el INTI, junto con  dirigentes como Axel Kicilloff y Néstor Pitrola.  ¿Qué determinaciones se tomaron?

Estoy desde el primer momento con los compañeros despedidos del INTI, como lo estuve con los de Lear, Banghó, Atanor y Pepsico, entre otros conflictos. El problema es la estrategia del sector opositor basada en el vedettismo. Se pelean por ser los más combativos, pero hasta ahora no hay reincorporados en ese organismo ni en ningún otro lugar con conflicto.

Los conflictos laborales, ¿tienen una buena estrategia?

No tienen una buena lectura de su oponente. Macri no es un político común. Es un empresario para-estatal que acumuló riqueza gracias a licitaciones truchas con el Estado. Y se acostumbró al monopolio, por eso siempre busca eliminar a la competencia. Todo aquel que sea un polo de poder rival, lo aplasta. El año pasado decidió elegir como enemigo a CFK y el cristinismo. El peronismo está fuera de escena porque fue desmembrado, y el sindicalismo, con sus corrientes e intereses que se entrecruzan, tampoco le representa peligrosidad. Ahora Duran Barba, el ideólogo de todo esto, viene mutando enemigos, y va por Moyano. Es una política que produce acciones para generar reacciones e identificar a los contestatarios. ¿Quiénes son los estudiantes contestatarios? Los 500 que tomaron escuelas ¿Quiénes los sindicalistas contestatarios? Los que fueron a la 9 de Julio. Entonces es malo dar la pelea en febrero. Mejor hubiera sido en marzo, con los conflictos paritarios de docentes y salud. El Gobierno eligió la pelea, el terreno y el momento.

El macrismo, tras el fuerte apoyo electoral de octubre, intentó implementar reformas laborales, previsionales e impositivas. La reacción masiva en su contra, ¿lo obligó a replantear su táctica?

En la reforma previsional el Gobierno rifó capital político. Tras ganar cómodamente una elección, perdió 15 puntos de imagen positiva por aprobar una ley que saqueó la caja de los jubilados, que sólo significan 100 mil millones de pesos. Es muy poco dinero comparado con los 700 millones de pesos que se pagan a las LEBAC por día. Se pagó un costo político muy alto por un bajo rédito económico. Va a terminar siendo la 125 de Macri,  el mismo costo que el enfrentamiento de CFK con el campo. Y esto nos demuestra que quiso implementar una política que le imponen desde afuera y que se viene imponiendo en toda Sudamérica.