A pesar del receso de verano, en las pasadas semanas en el Concejo Deliberante de San Isidro y en la política distrital hubo movimientos significativos. Tras el cimbronazo de diciembre, en el que el jefe comunal Gustavo Posse intentó reemplazar a Carlos Castellano por Andrés Rolón y fracasó, las fichas se siguieron moviendo en Cambiemos y alrededores.
En un rincón del PRO, el funcionario nacional Ramón Lanús intensificó su actividad oficial y partidaria en el distrito. En el pasado timbreo nacional, el titular del AABE recorrió Martínez con la compañía del concejal Rodrigo Seguín y también habló de un posible acuerdo electoral con el vecinalista partido ConVocación. Vale destacar que desde el propio Ejecutivo salieron recientemente a bajarle el precio a Lanús.
Desde este espacio reconocieron que debaten internamente la alianza con un sector del PRO como una posibilidad de cara a 2019. Sin embargo sienten que pueden perder el capital político acumulado al integrarse a la interna macrista, y sueñan con que una candidatura propia desplace del poder a Gustavo Posse. “No estamos a la venta”, esgrimen.
A nivel del Concejo, el receso fue temporada de corrillos internos. Tras el quiebre con Castellano, el possismo intentó retomar la iniciativa. Para recuperar el control del Cuerpo disparó rumores de un Pablo Fontanet impulsado por el intendente para la Presidencia. “Sólo fueron operaciones, rápidamente desestimadas”, explicaron en la oposición. La jugada no tendría efecto por una cuestión numérica.
LAS COMISIONES, EN LA MIRA
“Se vienen meses muy políticos, por el reparto de las comisiones y el debate de la Rendición de Cuentas 2017”, remarcó ante Guía de Noticias un edil peronista. Para el 4 de abril, cuando el intendente inaugure el nuevo período de sesiones ordinarias, la conformación de las comisiones ya se habrán cerrado. Desde el possismo “puro” advirtieron que “todavía estamos viendo cómo se integrarán” dichos espacios de trabajo. “Así que no llegamos a la instancia de ver quién las encabeza”.
El rol de Castellano es determinante en estas asignaciones y en todo el arco político resaltan que “no intenta inclinar la balanza”. Desde Cambiemos lo señalan como “el hombre del consenso que trata de articular para que los bloques tengan un reparto equitativo de las comisiones de acuerdo a sus bancas”.
“Es una persona que garantiza legitimidad y diálogo”, ponderaron desde el kirchnerismo. “Cuando nos juntamos con los otros bloques vemos que el día a día en el Concejo cambió a lo que era antes”, añadieron. Y se animan a asegurar que “el intendente Posse ya no controla el Concejo, ya no es una escribanía del Ejecutivo”.
Para los concejales opositores hay una nueva relación de fuerzas, independientemente de la paridad 12-12 entre el interbloque Cambiemos y el resto de los espacios. Confían en que las diferencias que empezaron a asomar en el oficialismo se cristalicen institucionalmente en un reparto “más equitativo” del poder interno. Y se esperanzan en que los proyectos que presenten tengan mayores posibilidades de convertirse en Ordenanza.
En Cambiemos deslizan que el nuevo escenario animó a sus opositores a darles la discusión y admiten que pueden perder terreno. “Nosotros teníamos cinco comisiones y hasta ahora tenemos entre la misma cantidad o cuatro”, admitió un oficialista.
Sin embargo, ConVocación por San Isidro adelantó que pretende la presidencia de la decisiva comisión de Interpretación y Reglamento, la cual tiene la facultad de dictaminar sobre los asuntos legales de la Municipalidad y el funcionamiento del propio Cuerpo. Al vecinalismo lo respaldan las cinco bancas que lo convierten en el sector opositor con más peso legislativo.
Las otras comisiones que están en el foco de discusión son Planificación Urbana y Medio Ambiente y la de Presupuesto y Hacienda. Por un criterio de institucionalidad esta última suele recaer en manos del oficialismo.
Por su lado, Unidad Ciudadana se propuso conducir las comisiones de Desarrollo Humano, que aborda problemáticas sociales como género y familia, y la de Educación. En cambio, los bloques del PJ y del Frente Renovador no están comprometidos en la pelea.