Parte de la comunidad de Villa Bosch se organizó y logró que avance el proyecto de una escultura que homenajea a Sebastián Barreiros, que en 1994, con cinco años de edad, fue la víctima más joven del atentado a la AMIA. La obra está en proceso y falta poco para que finalice. Está situada a metros del Centro de Atención al Vecino (en la intersección de las calles José María Bosch y Luis María Campos).

La iniciativa nació en 2019, lo generaron en conjunto la familia de Sebastián, vecinas y vecinos, incluidos Fiorella Bommarito (maestra), Claudio Villarino, quien se encargó de hacer el nexo entre las instituciones y el artista plástico Alberto Arregui. Plantearon que la obra se trate de uno de los juguetes favoritos del chico, que era Donatello, uno de los cuatro protagonistas de la icónica serie Las Tortugas Ninja.

Cuando llegó el aislamiento por la pandemia, Arregui continuó con la escultura desde su taller Madre Atómica y logró un gran progreso, pero lamentablemente quedó inconclusa por causa de su fallecimiento el 27 de agosto pasado. Gladys, su hermana, junto con Villarino decidieron que tenían que terminar el proyecto, entonces convocaron al artista José Luis Marconetti para concluirla.

Marconetti es un artista visual que se especializa en la escultura, estudió en la Academia «Las Artes» de San Martín y luego se formó en 2012 en la carrera de Artes Visuales en EMAC (Escuela Municipal de Arte y Comunicación). “Me llamaron y, obviamente, dije que sí; me abrieron las puertas del taller y empecé a ensamblar los brazos, la cabeza, hacer las manos y terminaciones” contó a Guía de Noticias.

Arregui ya había trabajado con Marconetti y otros artistas en el Paseo de las Esculturas, pero ninguno sabía que Marconetti tendría la labor de finalizar la escultura de Donatello, sobre esta vuelta del destino, Marconetti expresó: “Creo que le debo muchísimo a Arregui, tuve el privilegio de aprender de él y trabajar juntos por dos años. No hablé con él sobre esta obra, trato de plasmar lo que él quería, según los bocetos que me acercaron”.

Sobre las emociones que le genera esculpir esta figura dijo que “es muy fuerte para mí trabajar en esta obra, tanto por el fallecimiento de Sebastián y porque es un honor concluir la obra del maestro”. “Cuando pasan los chicos y reconocen a Donatello, se emocionan, es muy bonito, me da mucha dulzura. Creo que si Sebastián pudiera verla, se subiría a la escultura y jugaría con ella”, concluyó.

Por otra parte, en ese sector hay un mural con una imagen que refleja la tragedia, y tiene escrito un recordatorio: “El 18 de julio de 1994, Seba caminaba de la mano de su mamá por Pasteur cuando explotó la bomba en la AMIA”. Este mural está firmado por “Rabanito”.

Por su parte, Claudio Villarino, que vive hace mucho tiempo en el barrio, se ocupó de hacer las conexiones necesarias para lograr el objetivo y busco que “salga este proyecto y que el intendente apoye que este espacio se llame Sebastián Barreiros”. Lo que lo impulsó a hacerlo fue que tenía un vínculo con la familia a través de amigos en común: “Mis hijos iban al mismo jardín de infantes que él. Teníamos un vínculo afectivo con la familia como vecinos”.

Los vecinos y vecinas de Villa Bosch han luchado por mantener, desde siempre, ese espacio verde que caracteriza a la estación. Villarino relató que “para mantener este espacio, decidimos que se proponga cambiar el nombre y homenajear a la víctima”. “La idea de la escultura surge de hacer algo agradable para los chicos y nos decidimos por hacer algún juguete que el niño amaba”.

Además, contó que la comunidad ayudó con materiales y mano de obra. Y adelantó que “cuando ven la escultura lo agradecen. La idea es hacer una inauguración vecinal en noviembre. En 2019, ya pensábamos en adornar nosotros y traer banderas, se hace todo a pulmón”.