En medio de un fuerte operativo clamor para que sea la candidata a presidenta del Frente de Todos, Cristina Kirchner sorprendió – a la par que se desarrollaba el congreso del PJ – con una larga carta en la cual deslizó que no se postularía. La vicepresidenta retomó los argumentos que dio luego de ser condenada en la causa Vialidad y le apuntó a la Justicia en general y a la Corte Suprema en particular. En todo el escrito repasó los últimos 40 años en democracia, con una advertencia sobre la estabilidad de las instituciones.
En un tweet que corrió rápidamente escribió: “Ya lo dije el 6 de diciembre del 2022. No voy a ser mascota del poder por ninguna candidatura. He dado muestras, como nadie, de privilegiar el proyecto colectivo sobre la ubicación personal. No voy a entrar en el juego perverso que nos imponen con fachada democrática para que esos mismos jueces, encaramados hoy en la Corte, dicten un fallo inhabilitándome o directamente sacándome cualquier candidatura que pueda ostentar, para dejar al peronismo en absoluta fragilidad y debilidad frente a la contienda electoral. Los hechos recientes me han dado la razón”, en alusión a la respuesta a los amparos presentados en Tucumán y San Juan.
En ese sentido, recordó que lo que anunció en esa oportunidad “no se trató de una decisión apresurada ni producto del momento, sino de una decisión razonada y pensada. Los conozco, sé cómo piensan, como actúan y cómo van a actuar. Los he visto a lo largo de la historia y experimenté su juego en carne propia y de mi familia, con una persecución atada con precisión quirúrgica al calendario electoral”.
También reclamó a su espacio: “Debemos ser inteligentes para salir de este laberinto y romper la trampa a la cual nos quieren llevar, que tengamos una candidatura prohibida por el Partido Judicial. Porque, frente a una derecha cuya única propuesta es arrebatar derechos, el peronismo sigue siendo el espacio político que garantiza la defensa de los intereses del pueblo y de la Nación”.
“Ante esta situación resulta imprescindible la construcción de un programa de gobierno que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas, y convencerlos de que un país mejor no sólo es posible sino que, además, es deseable. Un programa de gobierno que es necesario no sólo para el peronismo, sino para sistema democrático en su conjunto”, resaltó Fernández.
Se detuvo en el análisis, “durante el año 2022 vimos como la violencia verbal y simbólica que, desde hace años venía siendo implantada en la sociedad por los medios de comunicación hegemónicos, se materializó en la calle a través del accionar de grupos violentos que agredían, insultaban y amenazaban de muerte con bolsones mortuorios, guillotinas, antorchas, piedras y escraches. El objetivo de estos grupos estaba absolutamente direccionado. No era contra todos los partidos políticos o todos los dirigentes, como en la crisis del 2001. Era contra el peronismo o el kirchnerismo, como más te guste”.
“La culminación de este accionar tuvo lugar aquel 1 de septiembre de 2022, frente a mi casa particular cuando, acompañada por Dios y la Virgen y rodeada de compañeros y compañeras, atentaron contra mi vida. Llamativamente, luego del magnicidio frustrado, esos grupos que organizada y semanalmente fustigaban, escrachaban y amenazaban, desaparecieron como por arte de magia. Esto confirma sin lugar a dudas, el carácter premeditado y carente de cualquier viso de espontaneidad de la violencia política de estos grupos. Eran fogoneados y financiados por la oposición y los medios de comunicación hegemónicos le garantizaban amplia cobertura mediática”, expresó al recordar el intento de asesinato que vivió en su departamento de Recoleta.
Gran parte de la dirigencia del oficialismo como la militancia que se expresa en redes aguarda ahora los tiempos definitorios, cuya primera parada podría ser el 25 de mayo.