Marcos Peña ratificó que el Gobierno tiene en mente vender las acciones de empresas que tiene la Anses, como parte de una restructuración del sistema previsional que empezó con el proyecto para cancelar las deudas a jubilados que ingresó el martes al Congreso.
“El año pasado nos acusaban de querer volver a privatizar el sistema jubilatorio. No lo vamos a hacer, pero también es cierto que un sistema de reparto no tiene fondo de capitalización”, diferenció Peña, durante su visita al Senado de la Nación, donde brindó su primer informe de gestión en la cámara alta.
De esta manera, el jefe de Gabinete le puso certificado de defunción a las acciones de empresas que la Anses heredó por la estatización de las AFJP y que forman parte del patrimonio del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses.
De los más de 750 mil millones que tiene el FGS, alrededor de un 13 por ciento – unos 90 mil millones – lo tiene en acciones de empresas argentinas, que en algunos casos cotizan en Wall Street.
Fuentes de la Anses confirmaron a LPO que la reforma del FGS que se incluyó en el proyecto que envió el Gobierno, apunta a flexibilizar ese tema para permitir la venta de las acciones, cuando se considere oportuna. En el organismo previsional, los macristas se quejan porque con la ley actual si una acción cae, la ley actual no les permite liquidarlas.
Además, está tomada la decisión de venderlas si es necesario sumar recursos para pagar los juicios que se decidió cancelar.
Marcos Peña también admitió en el Senado, que la moratoria de las jubilaciones no seguiría y la reemplazaría la asignación a la vejez que contempla un beneficio del 85 por ciento de la jubilación mínima, que también forma parte del flamante proyecto de ley.
El futuro de las jubilaciones formaron parte de las preguntas de los senadores del Frente para Victoria, que tuvieron una actitud por demás desganada: Sólo unos pocos siguieron la sesión y algunos ni siquiera se quedaron a escuchar las preguntas que hicieron.
La ronda de consultas del FpV-PJ abordó los temas más candentes, como el tarifazo de gas y luz, la inflación, empleo y economías regionales. “Tenemos diagnóstico diferente, pero la gran mayoría de sus pronósticos no se cumplieron”, los chicaneó Peña.
“Tenemos los problemas que tenemos. Y en 150 días no vamos a resolver lo que no se pudo en 4500”, se defendió el jefe de Gabinete, que inició la sesión con un discurso introductorio escueto, pero basado en la pesada herencia a resolver. «La situación de Venezuela era un escenario posible acá», disparó.
El jefe de Gabinete reiteró el objetivo de bajar la inflación: «Será de 2 puntos en el segundo semestre y llegará a 5 en 2019». Prometió el plan de infraestructura más ambicioso de la historia y remarcó que la tarifa de luz sigue subsidiada en un 70%.
Adjudicó la crisis económica y social de Tierra del Fuego a problemas estructurales de largo arrastre y no al aumento de hasta el 1000% de gas. “Tenemos que encontrar la forma de crear empleo en la Patagonia”, propuso.
Peña insistió en negar despidos masivos (“la situación es la misma que hace un año”). Algunos senadores hicieron referencia a las cuentas de Macri en el exterior, a lo cual el funcionario respondió evasivo, “no vamos a defender el concepto off shore”.