El presidente Alberto Fernández realizó un viaje histórico a la Base Marambio de la Antártida, a la que consideró «un enclave vital de la soberanía territorial y política» de la Argentina y donde reafirmó el compromiso de su gobierno en la «conservación del ecosistema antártico» y en la defensa de los recursos estratégicos de ese continente.

En su discurso, el primer mandatario hizo eje en los legítimos derechos sobre las islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, al sostener que son «una causa actual» y que van más allá de «la memoria de la guerra» en el Atlántico Sur, de 1982, en la que Argentina enfrentó al Reino Unido.

En la comitiva oficial estaban, entre otras personas, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Juan Martín Paleo; el jefe de la Fuerza Aérea, Xavier Isaac; su par de la Armada, Julio Horacio Guardia, y el jefe del Ejército, Guillermo Pereda.

En ese contexto, Fernández recordó, asimismo, que la presencia argentina «ininterrumpida» en la Antártida data de 1902 y que desde el 22 de febrero de 1904, día en que se estableció el Observatorio Meteorológico en las Islas Orcadas del Sur, «sólo cuatro presidentes» visitaron el lugar.

Mencionó también que la Argentina y Chile presentaron un proyecto para el «establecimiento de un área marina protegida en la zona de la Península Antártica».

Además, manifestó que «más y mejor ciencia y protección del medio ambiente significan mejor conocimiento de nuestros espacios», y afirmó que «en medio de la crisis climática, estos hielos, este cielo son una promesa al planeta. Por eso reafirmamos el compromiso argentino con la conservación del ecosistema antártico».