Luego de más de cinco horas de debate en la cuarta sesión ordinaria de este período, Carlos Castellano, presidente del Concejo Deliberante de San Isidro, desempató la votación de la Rendición de Cuentas 2015. El oficialismo no cuenta más con la mayoría y los cuatro bloques opositores ayer votaron en conjunto, argumentando falta de claridad en las cuentas públicas.
Ante esas acusaciones, Andrés Rolón, titular del bloque possista Acción Vecinal, realizó una defensa política. “Se viene anunciando la debacle y la falta de trasparencia, pero hace 180 días los vecinos revalidaron este plan de gobierno”, remarcó, ya que “transparencia es dar cuenta de los que hacemos”.
El resultado económico del municipio con mayor PBI del Conurbano el año pasado fue de 2.357 millones de ingresos contra 2.550 millones en gastos, con un déficit del 6.3 por ciento.
Los ediles del interbloque Cambiemos adujeron ese saldo a la situación económica del país y los problemas con las gestiones nacional y provincial de entonces. “No se puede obviar que 2015 fue un año electoral con todo lo que eso implica en lo económico, y esta ciudad no es una isla”, definió el radical Jorge Álvarez, “y lo sufrimos en cómo la Provincia nos trasfirió su déficit retrasando la coparticipación”. Aunque ponderó, “tenemos una autonomía financiera consolidada, con recursos propios y con equidad en las cargas tributarias”, argumento que reafirmó a su turno Pablo Fontanet, titular de la comisión de Hacienda.
Los flamantes concejales del PRO dieron su “voto de confianza” a Posse. Aunque Rosalía Fucello objetó “tanta movilidad de partidas” y gastos en publicidad y advirtió que “el gobierno debe aceptar el desafío de ser más participativo”.
OPOSICIÓN UNIDA
“No vamos a acompañar algo falso”, resumió Marcos Hilding-Ohlsson de Convocación por San Isidro, ya que “las metas físicas son un dibujo y una falta de respeto a los vecinos”. Recordó que hizo decenas de pedidos de informes “y no me han contestado, parece que uno molesta a los funcionarios”, consideró. Y su compañero Manuel Abella arremetió: “Hay un partido político que se cree dueño del municipio y despilfarra recursos públicos”.
En cuanto al uso de los fondos, por su lado la bancada massista puso la lupa en los gastos de higiene urbana y la ineficiente política de reciclado. “¿En qué se gastaron esos más de 200 millones de pesos que no fueron para pagar la recolección y barrido de basura?”, se indignó Gonzalo Beccar Varela. Asimismo, Marcela Durrieu denunció la falta de políticas de protección a la mujer y Juan Medina, el ineficaz uso del dinero para Seguridad.
Desde el Frente para la Victoria, Leandro Martín apuntó a una subejecución de partidas en Obras Públicas y preguntó “¿por qué las subejecutamos cuando hay necesidad de construir viviendas sociales? Con esa plata se podrían haber construido ocho casas por día para los necesitados”.
Todas las bancadas opositoras hicieron foco en los gastos de publicidad y propaganda de 2015. “Más de 110 millones de pesos en esta área y en campaña de verano sólo para promover la figura del intendente en época electoral, en la Costa Atlántica y medios de interior del país”, resumió el kirchnerista Martín.