1 PersonaCristian Sam: “Lo que hace el porno es representar una fantasía”

Cristian Sam: “Lo que hace el porno es representar una fantasía”

Por Elisa Rossi

Cristian Sam es un porn star. Mendocino, treintañero, que en su otra vida fue vendedor y asesor de indumentaria masculina y estudió Geología. Por estos días, su nombre será conocido más allá de sus seguidores y es difícil que pase desapercibido, no sólo porque exuda sexualidad, sino por su manera de comunicar sin fisuras.

Hablar de la pornografía todavía tiene un dejo de tabú, siendo que es una industria extendida, que mueve millones y ni la detuvo la pandemia. Más claridad en un tema, confirma y derriba prejuicios.

Mientras producía la entrevista, consulté a algunos varones, para saber qué le preguntarían a un actor porno – todos hetero. ¡Error! -. Las respuestas fueron desde el desinterés hasta la simplificación del “garchan todo el día”; y un par de hombres me compartieron inquietudes que están en la presente crónica.

Cristian es actor porno gay desde 2017, “nunca paré de trabajar. Fueron 5 años muy intensos, hice 25 filmes”. Calcula que en marzo se estrena una de sus películas y se prepara para filmar a la brevedad con una productora de California.

“Nunca trabajé con una productora local. Lo único local fue con Muscari en la obra Sex”. Consultado por los motivos, confió que “no me conviene a nivel económico. Y estoy muy bien trabajando con las compañías de afuera (Estados Unidos, Inglaterra y España)”.

Cómo se pautan los ingresos económicos de un actor o actriz porno: “No todas las compañías pagan de la misma manera y hay actores que cobran más que otros. Las diferencias se basan en cuán conocido sea tu nombre y cómo uno perfila; yo prefiero hacer pocas escenas, pero con producciones buenas”.

Cuando tomaste la decisión de ser actor porno, ¿cuál fue la actitud de tu entorno?

-Tenía mucho miedo por mis propios prejuicios, pensé que la gente se iba a distanciar de mí. Resultó lo contrario, todo el mundo me apoyó. También tiene que ver con la manera en que uno lo dice y lo siente: soy actor porno, vivo de eso, viajo por el mundo; así la gente que me rodea se pone contenta.
(…) Mis abuelas chochas, seguro ellas tienen su pensamiento por su edad, pero jamás me dijeron nada negativo, y están orgullosas de su nieto.

¿Para vos es importante ese apoyo?

-Sí, súper. Cuando arranqué con la industria del porno, ya tenía ataques de pánico, pero esa decisión me angustió más. Pero con el apoyo que recibí pude disfrutar más.

Según contaste, buscaste ayuda profesional. ¿Tenés compañeros desbordados por este trabajo o por la estigmatización?

-Sí, hay compañeras y compañeros que la pasan mal, porque no tuvieron apoyo; algunos se avergüenzan de lo que hacen. Cuando alguien decide ser actor porno lo debe pensar bien, porque no es una escena y nada más, eso queda para siempre, entonces tenés que aprender a convivir con esa situación.
Incluso, hay gente que trabajó en la industria y está hoy en contra de la pornografía, porque tuvo malas experiencias, porque también hay maltrato como en cualquier industria.

¿Hacen alguna diferencia con los actores latinos?

-Creo que depende del talento. Nunca sentí ninguna diferencia por ser argentino, por ser latino. En cambio, sé de otros chicos que sufrieron discriminación. En mi caso fui aceptado siempre como uno más, con total respeto. De hecho, les gusta como hablás.

¿Qué pasa con los cuidados de la salud?

-Somos chequeados de forma permanente. Por ejemplo, cuando llegue a Miami, lo primero que tengo que hacer es una cantidad de chequeos médicos para estar en el rodaje. Debés cuidarte.

¿Por qué la decisión de no usar profilácticos en escenas de penetración?

-Lo que hace el porno es representar una fantasía, algo que uno tiene ganas de hacer, pero que no por eso lo hace. No deja de ser ficción. Estamos ahí para que puedas masturbarte o lo que sea. Entonces, no hagas lo mismo, porque nosotros estamos todos chequeados.

Lxs detractores del porno se basan, casualmente, en que esas producciones no representan verdaderas relaciones sexuales, y que alteran conductas de algunxs consumidorxs. ¿Habría que repensar la industria?

-Creo que tienen que revisar más el porno hetero, no te podría decir lo mismo del porno lésbico o el gay, porque no hay esa violencia que vi en películas heterosexuales. O sea, sé que hay mujeres que les gusta que las traten así y es su fantasía. Pero hay que aclarar que la actriz que interpreta ese papel no es obligada, de hecho quedan marcados por escrito los límites de los actores. Siempre hay un contrato de por medio. Entonces, lo que no te gusta, no se hace.

¿Cuándo hacés una escena gozás realmente o tenés puesta la mente en tu actuación?

-Casi no siento nada. Pienso en hacer mi trabajo bien, por lo general pienso en la persona que me está mirando, si se está masturbando o no; si mi cara se ve bien, si estoy gimiendo bien. Es como automático, pero sale bien, porque después la gente lo reproduce.
No quiere decir que hay compañeros que la pasan re bien, disfrutan. También tuve momentos en los cuales la pasé muy bien, pero fueron pocos.

¿Cuáles son tus fantasías?

-De vez en cuando veo porno grupal, pero no consumo mucho. Yo veo series de ovnis, documentales de animales. No veo porno porque la mayoría son amigos, compañeros de trabajo, es como cualquier trabajo. Y si estoy teniendo sexo, trato yo de hacerle mi propio porno.

¿Cómo aprendiste el oficio, los más antiguos te pasan data o está todo pautado por la productora?

-Todo está totalmente dirigido, nada es improvisado, no es que yo llego y digo ‘voy a hacer esta pose’; todo lo que se hace es porque te lo pide el director.

En la mayoría de las producciones se ven cuerpos sumamente cuidados, ¿es por decisión de los actores o es una condición de la industria?

-Ambas. Quiero estar saludable y, además, si tenés un cuerpo “trabajado” aparecerán más oportunidades laborales. Cuanto más te cuidas, tenés más trabajo. Me pasó en un rodaje que en una toma me dijeron que estaba gordo y no estaba gordo. Las productoras con las que yo trabajo mantienen un perfil de chico. También sé que hay productoras que trabajan con cuerpos llamados reales.
Por ejemplo, ahora que voy a hacer un rodaje, entreno todos los días. Son dos o tres meses de trabajo intenso y cuando termino descanso de verdad y como de todo.

¿Qué pasa con el retiro, hay una edad en la cual te jubilan?

-Sí, te jubilan. En mi caso, no voy a seguir mucho tiempo más, porque me quiero dedicar a otro tipo de negocio. Las principales productoras no te llaman como antes después de los 50 años.
Quiero seguir trabajando en el sexo, tener sex shop, quizá armar mi propia compañía. Me retiraría como actor, pero no dejaría nunca la industria del sexo.

Como un experimentado en el sexo con hombres, ¿qué pensás que se pierden los heteros en sus relaciones?

-Algunos se pierden de disfrutar mucho su verdadero Punto G, que está en el ano (próstata) y que los gays afortunadamente lo experimentamos bien. Como tienen tantos prejuicios, y si supieran lo importante que es trabajar con tu propia próstata. Los mejores orgasmos se sienten cuando se toca esa área. La mayoría de los hetero lo que hacen es acabar y nada más. Por ahí falta hablar más de esa área del hombre, porque se pierden una parte importante.

¿Considerás que la pornografía puede servir para la educación sexual?

No sé si estamos para eso, pero no hay que ser hipócritas, muchos aprendimos a gozar o a hacer poses mirando una porno. De cierta manera se aprende que hay áreas del cuerpo que se pueden usar. No estamos para educar, pero sí se aprende. Cuando era adolescente me empecé a masturbar viendo porno y siento que algo me ayudó, me dio placer.
Lo que no está bueno es pasarse todo el día viendo porno. Y, más allá de que hay gente que está en contra por “batallas” que hay con las mujeres, también hay que aceptar que muchas personas trabajan en esto y lo disfrutan. Trabajamos en lo que hacen todos en su casa y ganamos dinero.
Sí creo que es necesario que se aclare en cada momento que es una ficción, así nos evitaríamos ciertos cuestionamientos de la sociedad. Hay que conocer un poco más qué hay detrás del porno; no se mostró antes porque ahora la gente está interesada y se naturalizó más el tema del sexo; quizá si conocieran más el detrás de escena, nos mirarían distinto.

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