Javier Milei y su gabinete (incluido Posse) viajaron a Córdoba después del Tedeum; en marzo había anunciado el “pacto de mayo”, pero el 25 de mayo sólo hubo un acto más político que institucional. Lo recibió el gobernador Martín Larryora, quien en la plaza San Martín fue abucheado.

El cálculo oficial marcó la concurrencia en seis mil personas, casi un tercio de la gente que lo vio en el cierre de su campaña. «No son militantes, son seguidores que vienen a ver a un influencer», dijo un ministro provincial que estuvo en el Cabildo.

La visita estuvo signada por un gran operativo policial, previendo protestas de movimientos como ATE, incluida represión filmada.

Desde allí, el Presidente anunció que luego de la aprobación de la ley bases y el paquete fiscal, convocará a un «consejo de mayo», que será el encargado de impulsar legislación específica ante los postulados generales.

En su discurso revalidó el «ajuste más grande de la historia de la humanidad» y dijo que Luis Caputo es «un crack, un gigante, un rockstar». Desde el público llegaban los «no vuelven más” dedicados al kirchnerismo y un novedoso pedido de “plebiscito”.

«Vamos de devolverle la libertad a los argentinos, para que cada uno pueda ser el arquitecto de su propio destino», dijo Milei, también aseguró que «el ciclo de fracaso terminó» y hasta prometió la baja de impuestos.

A la mañana, en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires tuvo lugar el tradicional Tedeum. En ese marco – con faltazo secretario de Culto, Francisco Sánchez -, el arzobispo Jorge García Cuerva hizo eje en la crisis social que atraviesa la Argentina.