En la exposición de la vicepresidenta Cristina Kirchner ante los jueces del TOF N°2, en el marco del juicio por la obra pública, repartió fuertes críticas al sistema judicial y cerró con su teoría sobre el intento de asesinato que sufrió semanas atrás. «Nadie puede decir que los autores materiales que están detenidos son quienes planificaron», dijo.

Después de haber manifestado que es víctima de situaciones por fuera del estado de derecho, la presidenta del Senado señaló, «a partir del 1° de septiembre (día del ataque) me di cuenta de que puede haber otra cosa más atrás de toda la estigmatización y los intentos por proscribirme».

«De repente es como que desde el ámbito judicial se da licencia social para que cualquiera pueda pensar y hacer cualquier cosa», lanzó segundos antes de recordar que cuando el fiscal Diego Luciani terminó su alegato la TV mostraba a pantalla partida la puerta de su casa.

Ahí también recordó el ataque que sufrió su despacho «que fue literalmente destruido sin que ninguna fuerza de seguridad intervenga», y el episodio de los afiches que la tildaban de asesina y culpable de 35 mil muertes.

Además, le pidió a uno de los jueces del Tribunal que se imagine que lo intentan asesinar y el jefe de la banda tiene como abogados a dos asesores vinculados con el peronismo. Fue cuando señaló que «a quien identifico como jefe (NdR: Gabriel Carrizo)» tiene entre sus defensores a dos abogados vinculados a legisladores opositores. Añadió, «me siento un tanto en estado de indefensión en este país y en esta situación».

En cuanto a la causa en la cual es acusada, Cristina Fernández rechazó la acusación que le hicieron los fiscales Mola y Luciani de liderar una asociación ilícita. Explicó que «si vamos a aplicar el Código Penal tiene que ser completo. ¿Qué pasa entonces con todo lo ocurrido durante 15 años en Argentina? Si esto es capturado por el Código, todos los actos de la asociación ilícita son nulos».

Y lanzó un duro mensaje a uno de los fiscales: «Llegaríamos al ridículo que Luciani no es fiscal porque el decreto de designación se lo firmé yo, la jefa de la asociación ilícita».

La vicepresidenta y principal acusada en el juicio le pidió formalmente al Tribunal que al final de la etapa de alegatos se haga una extracción de «testimonios de todos y cada uno de los hechos donde confrontados los dichos del fiscal con la prueba obrante en autos queda demostrado que Luciani y Mola mintieron en el alegato final de acusación».

«Estamos ante un caso claro de prevaricato», dijo. Antes había halagado del trabajo de sus abogados defensores, Carlos Beraldi y Ary Llernovoy. «Se desmontaron las increíbles mentiras de Mola y Luciani», valoró.

Con dificultades en el habla producto de una congestión nasal, la presidenta del Senado enumeró tres casos en los que para ella fue desestimada la acusación fiscal: el documento de Vialidad Nacional que decía que supuestamente no se le debía nada a Lázaro Báez, su supuesta reunión con ese empresario y los mensajes extraídos del celular de José López.

«Dicen que esta asociación ilícita fue pergeñada para hacer 51 contratos viales en Santa Cruz (…). Es decir, militamos toda una vida para 51 obras viales», deslizó, y cerró con una referencia a Néstor Kirchner: «Fue intendente, gobernador y su llegada a la presidencia debe haber sido una de las cosas más aleatorias que ha tenido la historia contemporánea. Llegó de chiripa en medio de una crisis monumental».