En una extensa jornada, el Concejo Deliberante de San Isidro aprobó las modificaciones a las Ordenanzas Fiscal e Impositiva y luego sancionó el Presupuesto 2018. Los proyectos enviados por el Departamento Ejecutivo salieron sin modificaciones. Como en los últimos dos años de paridad de fuerzas entre possismo y bloques opositores, Carlos Castellano, presidente del HCD, debió desempatar la votación.
Mientras quedó establecido que la tasa de ABL subirá el 18%, el Presupuesto para el año entrante prevé gastos por más de 5.998 millones de pesos.
POLÉMICA POR TASAS Y «SUPERPODERES»
Pablo Fontanet (Cambiemos), miembro informante de la Comisión de Hacienda, sostuvo que las reformas a las Ordenanzas Fiscal e Impositiva «no crean nuevas tasas, sino que la tendencia es crear nuevos estímulos que bajan la carga tributaria», y aclaró que el «75% del presupuesto municipal se financia con estos recursos».
El punto destacado fue el ABL. «Pedimos una autorización de aumento de tasas de hasta el 18%, por debajo del incremento al impuesto inmobiliario urbano», solicitó Fontantet. Describió que los incrementos se reducen año a año: de un 35% en 2016 a un 25% en el año que termina.
Sin embargo, a su turno Marcos Hilding Ohlsson (ConVocación) indicó que «el edil Fontanet obvió mencionar que en el artículo primero de la Ordenanza Impositiva dispone un aumento del 10%, o sea si un vecino pagó este año 100 pesos, en enero deberá pagar 110. Pero el artículo 46 establece un aumento del 18%, que se suma sobre los 110 pesos. Entonces, el vecino pagará 128 a fin del año próximo, casi un 30% de aumento». Para graficar su rechazo, el bloque acompañó su exposición repartiendo calculadoras entre los miembros de la Asamblea de Mayores Contribuyentes.
El peronista Federico Gelay (Unidad Ciudadana) también votó en contra del incremento. «El Índice de Precios al Consumidor elaborado por el Congreso Nacional muestra que los últimos cinco años la inflación acumuló 153%, contra el 356% de las tasas municipales. Y si tomamos las paritarias municipales suman 141%», comparó. Por eso concluyó que «hay un claro abuso de parte del Ejecutivo». «Hay que devolverle plata a los vecinos de San Isidro», lanzó.
Otro de los puntos que denunciaron los opositores fue la delegación de facultades al Departamento Ejecutivo para modificar las estructuras fiscal e impositiva. Leandro Martín (PJ) criticó las modificaciones por «discrecionales y abusivas, porque nunca devolvió al HCD las facultades y el intendente mantiene superpoderes para reasignar partidas sin control».
Fontanet respondió los cuestionamientos al afirmar que «las facultades delegadas siempre se usaron con prudencia y mesura». Y chicaneó a ConVocación, que pidió que el gobierno local represente a los valores de Cambiemos. «Si quieren representar a Cambiemos preséntense a las PASO y ganen las internas», desafió, «sino es cobardía».
Por último, el radical Jorge Álvarez (Cambiemos) ponderó que «el grueso del aporte al erario municipal no surge exclusivamente de los contribuyentes, sino que fueron aumentando año a año las alícuotas y contribuciones del comercio e industria en nuestra ciudad». Por eso argumentó a favor de los incrementos: «El promedio de nuestros vecinos no está en el sector más vulnerable. Y el valor de sus propiedades es lo suficientemente alto porque esta administración comunal propició el valor de las propiedades con sus políticas».
MODERNIZACIÓN, OTRA VEZ EN EL FOCO
Tras un cuarto intermedio se dio lugar al tratamiento del Presupuesto. Fontanet lo presentó informando que «los ingresos de origen municipal son el 75% de los recursos y el ABL es el 31% de los ingresos totales», y destacó que «San Isidro tiene una autonomía financiera que es la envidia de otros municipios». Por otro lado describió que la estructura del gasto tiene un alto componente social con el 23% destinado a la Salud Pública, y valoró que sólo el 32% va destinado a recursos humanos.
Los opositores pusieron el foco en la creación y el funcionamiento de la Secretaría de Modernización, que funciona desde 2016 fruto de un acuerdo entre un sector del PRO y Gustavo Posse. Durrieu pidió que el área se pase a llamar «de gastos políticos y de compra de voluntades políticas», mientras que Fabián Brest (PJ) sostuvo que «es una cáscara vacía». «10 de sus 27 millones de pesos presupuestados se usarían en sueldos de un nivel elevado, y los 17 restantes en gastos varios, entonces, ¿cómo se implementará sus programas?». Y señaló que la apertura de datos no se verifica en los portales municipales.
Rosalía Fucello (PRO- Cambiemos) contestó esas críticas. «Hoy, San Isidro se está modernizando», dijo, pero admitió que a pesar de que «nuestro portal de datos abiertos figura entre los tres primeros de Provincia, sabemos que hay que mejorarlo».
Por su parte, Hilding-Ohlsson puso nuevamente sobre el tapete los «superpoderes» debatidos en la sesión anterior. Rechazó que el artículo 41 «permita que el Presupuesto pueda ser totalmente modificado por el Ejecutivo. Así no podemos dar la cara a los vecinos».
A su turno, Gelay se esforzó por mostrar sus diferencias ideológicas con el possismo, considerando al gobierno municipal de «ir siempre en contra de lo público». Puso el foco en el endeudamiento, previsto en la norma, de 400 millones de pesos. “Es muy alto, no aclaran en qué modalidad lo tomarán, a qué tasa, quiénes serían los prestadores y para qué se usará», se quejó. Y luego remarcó que «el porcentaje de la asignación a la salud sigue bajando desde los últimos años y ahora se lo estipula en el 21%».
HOMENAJE A LOS CONCEJALES SALIENTES
Al finalizar la jornada, entrada la noche, los ediles que el 10 de diciembre terminarán sus mandatos sin renovar bancas fueron homenajeados por el Cuerpo, los empleados y sus familias. Marcos Hilding-Ohlsson, Marcela Durrieu, Federico Gelay, Elizabeth Aguirre (Libres del Sur), Leandro Martín y Claudia Núñez (Cambiemos) recibieron reconocimientos y obsequios en el momento más emotivo del día.