El Gobierno considera que las marchas del sábado en apoyo a Mauricio Macri fueron «una bocanada de aire fresco” y «una inyección de energía» de cara las elecciones generales de octubre, luego de la derrota en las recientes PASO. «Es una inyección de energía para el Presidente, para los fiscales y para nuestros votantes», dijo una fuente de la Casa Rosada.
En el Gobierno no esperaban tanta concurrencia a la Plaza de Mayo ni tampoco las réplicas que tuvo en todo el país, por eso la presencia de Macri desde el balcón de la Casa Rosada se gestó a último momento, aseguraron fuentes oficiales.
«Los escuché, sé lo que están pasando. Decidimos cambiar porque podemos ser mejores, tenemos que seguir juntos, ahora más que nunca, porque tres años es poco para cambiar una historia, y la estamos cambiando, diciéndonos la verdad, sin robarnos, sin engañarnos, sin atajos, y así vamos a construir la Argentina que queremos», dijo el mandatario en un mensaje grabado para los manifestantes.
Entre las repercusiones en el oficialismo, la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, sostuvo que fue una manifestación «por la libertad y contra el miedo». «Todos sabemos que detrás (de Alberto Fernández) está Cristina Kirchner, Moyano, Zaffaroni y Dady Brieva, pidiendo una Conadep del periodismo, y La Cámpora», declaró la funcionaria.
Por su parte, el diputado de Cambiemos Waldo Wolff dijo: «Me da cierta tranquilidad que, en medio de grandes incógnitas que tiene hoy Argentina, haya mucha gente dispuesta a seguir peleando más allá del resultado electoral, que no deja de ser parte del juego de la democracia».
