El Senado de la Nación convirtió en ley el proyecto de Presupuesto 2017 de la Administración Pública Nacional, junto con la reforma a la Ley de Administración Financiera que le pone límites al Poder Ejecutivo al momento de reasignar las partidas presupuestarias.
Tras casi 7 horas, el Presupuesto fue aprobado en general con 59 votos a favor y 8 en contra. De esta forma, la iniciativa obtuvo el apoyo de la mayoría de la bancada del Frente para la Victoria y del resto de los bloques peronistas disidentes, así como de la centroizquierda. La reforma a la Ley de Administración Financiera o «superpoderes», en tanto, recibió 60 votos positivos y 5 rechazos.
El cálculo de recursos contempla un gasto total superior a los 2 billones de pesos, de los cuales el 64% se destinará a servicios sociales y a un ambicioso programa de obras públicas y el 10% a la deuda pública. Entre otros aspectos, la iniciativa contempla un crecimiento del 3,5% del PBI; una inflación del 17%; un dólar a 18 pesos y un déficit fiscal del 4,2%.
En tanto la modificación a la Ley de Administración Financiera fija un tope del 7,5% del monto general de gastos previstos en el proyecto de Presupuesto 2017 para que el Poder Ejecutivo redistribuya partidas durante el corriente año. A partir de 2018, ese límite a los llamados “superpoderes” bajará al 5%.
El miembro informante del oficialismo, el senador por Mendoza, Julio Cobos, fue el encargado de precisar las principales cifras del proyecto; mientras que el representante del bloque mayoritario de la oposición, el kirchnerista Juan Manuel Abal Medina, adelantó el apoyo en general a la iniciativa, aunque formuló cuestionamientos a las previsiones económicas que contiene la norma enviada por el Poder Ejecutivo.
En tanto, el correntino Pedro Braillard Poccard, presidente del Interbloque Cambiemos, hasta que se reponga de salud el radical chaqueño Ángel Rozas, cerró el debate elogiando el apoyo de la oposición.
El legislador correntino dijo que “este es un presupuesto profundamente realista, en el contexto interno que nos toca vivir, con problemas sociales que deben quedar atrás, con conflictos que no debe permitir que se agudicen para tener un fin de año en paz”. “Es un presupuesto realista en un contexto internacional que se plantea como muy difícil”, remarcó Braillard Poccard.
Abal Medina, por su parte, consideró que no apoyar las previsiones de la administración macrista supondría «dañar a la sociedad», aunque advirtió que el FpV no comparte el nivel de endeudamiento previsto y consideró que el proyecto «supone un ajuste de la economía que es excesivo».
«Hemos decidido no dejar a la Argentina sin Presupuesto y con eso estamos cumpliendo el compromiso de ser responsables», añadió, y aclaró que el aval al Presupuesto lo harán aunque sostengan que las actuales políticas económicas «no son buenas para el conjunto de los argentinos».
A su turno, el jefe del bloque del Frente para la Victoria, Miguel Ángel Pichetto, cuestionó duramente la política de endeudamiento del gobierno nacional y advirtió que “puede tener implicancias graves al corto plazo”.
No obstante, el rionegrino ratificó el apoyo del espacio y reconoció la devolución de la deuda por Coparticipación a las provincias. “Nos preocupa que el tipo de cambio no sea competitivo. Evidentemente, la inflación se comió la devaluación”, evaluó.
Por el Peronismo Federal, el senador por San Luis Adolfo Rodríguez Saá cuestionó el nivel de “endeudamiento” al que calificó de “exagerado» y sobre el que alertó que «no es para obras, sino para pagar déficit”. El legislador puntano agregó que “este Presupuesto, si bien avanza en el reparto de fondos a las provincias, no es federal”.
Entre las que votaron en contra figuran las ultrakirchneristas Ana Almirón, de Corrientes, y Anabel Fernández Sagasti, de Mendoza, integrantes de la agrupación La Cámpora.
Almirón dijo que la inflación en 2016 “será del 45 por ciento” y conjeturó que las metas inflacionarias del Presupuesto 2017 “estará por encima de lo que dicen”. En tanto, Fernández Sagasti afirmó que se trata de un “presupuesto para los ricos” y que el Gobierno “propicia una apertura económica boba”.
También votaron en contra el resto de los ultrakirchneristas y el porteño de Proyecto Sur, Fernando Solanas.