Subida al ring por el propio Javier Milei, la ex vicepresidenta Cristina Fernández ocupa un espacio creciente en la conversación pública. En particular, la última semana tuvo un vértigo que atravesó aspectos políticos y judiciales.
La Cámara Federal de Casación Penal ratificó la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa Vialidad. El fallo conocido el miércoles la condena por considerarla «autora penalmente responsable del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública».
Además, Casación confirmó las condenas contra el empresario Lázaro Báez y el ex secretario de Obras Públicas, José López, ambas a seis años de prisión. Mientras que se mantuvo la absolución de Julio de Vido y Abel Fatala.
Queda la instancia de apelación ante la Corte Suprema, que no tiene plazos para expedirse. Recién cuando la Corte resuelva, el fallo podría ser ejecutado. El dato político es que en el Congreso hay sectores que empujan la aprobación de la Ley de Ficha Limpia.
En esa jornada, CFK visitó Moreno. Horas antes publicó una carta en la cual llamó a los jueces «los copitos de Comodoro Py», en referencia a quienes intentaron asesinarla, y sostuvo que «el objetivo es proscribirme de por vida».
La noticia no se había enfriado cuando desde el gobierno de Javier Milei anunciaron que le quitarían la jubilación y la pensión de privilegio. Trascendió que la ex presidenta impugnará la resolución de ANSES y como espera que el organismo ratifique la medida, luego hará una presentación ante la justicia. Cabe destacar que un caso idéntico es el del ex vicepresidente Boudou.
Como corolario, el domingo 17, Cristina Fernández encabezó un acto en Santiago del Estero, en el marco del Día de la Militancia, en lo que fue su primera actividad política en el interior del país tras ser proclamada presidenta del Partido Justicialista (PJ).
Subió al escenario acompañada por la cortina musical de Lali Espósito “Fanático”. A su lado se ubicaron el gobernador Gerardo Zamora y el vicegobernador y líder del PJ santiagueño, José Emilio Neder; así como la senadora Claudia Ledesma Abdala y Carlos Silva Neder.
“A los peronistas nos gusta la propiedad privada, pero la de todos. No solamente de los pocos que tienen guita y a los que cuida este Gobierno. Queremos una Argentina en la que todos los argentinos puedan aspirar al techo propio”, apuntó.
En su repaso histórico, dijo, “nunca soñé como militante política que iba a ser presidenta de la República y que iba a ser parte de un proyecto que desendeudó al país. Lo hicimos, por eso el castigo que me quieren imponer; al lado de otros que sufrieron, quienes ya no están, quienes continúan desaparecidos, el precio es bastante poco y estoy dispuesta a pagarlo. No me van a hacer arrepentir de nada de lo que hice”.
En otro tramo de su discurso, CFK desafió, “a ver si alguno se cree que el presidente electo de Estados Unidos se parece a éste. Por favor. Este aparece como un koala montado ahí, arriba, payasesco, humillante. Los argentinos merecemos cosas mejores”.
Luego de una interna que no fue, pero tensó al peronismo, la exmandataria estuvo acompañada en Santiago del Estero por dirigentes de su entorno como Eduardo “Wado” De Pedro y Oscar Parrilli. También asistieron José Mayans y Juan Manzur, entre otros. Uno de los principales ausentes fue el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
En sus palabras directas a la militancia hubo indicios de una posible construcción partidaria, en la que se reeditaría la transversalidad.