Los concejales de Morón sesionaron en la Casa de la Memoria

La sesión extraordinaria por los 40 años del último golpe cívico militar coronó una serie de actividades organizadas por el municipio de Morón. Homenaje y politiquería.

El Concejo Deliberante de Morón realizó, como ocurre hace varios años, una sesión extraordinaria por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia. El encuentro fue en un lugar emblemático del distrito, la Casa de la Memoria y la Vida, donde funcionó el centro clandestino de detención y torturas  “Mansión Seré”. Asistieron el intendente Ramiro Tagliaferro, funcionarios del gabinete y representantes de diversos organismos.

Aunque la fecha y el lugar imponían un marco mayúsculo de respeto, sobre todo a las víctimas y a los vecinos de Morón, sobrevoló un discurso partidario que poco aporta al debate por los derechos humanos y que tenía como único objetivo atacar las políticas de Cambiemos. Y que el jefe comunal pase un mal momento, algo que ya se había intentado un rato antes durante la prueba atlética Morón Corre, en la cual varios participantes llevaban puestas remeras con la leyenda “Macri, los Derechos Humanos no son un curro”.

En el inicio, la presidenta del cuerpo, Natalín Faravelli, señaló que “estamos sesionando en un lugar donde hace 40 años atrás el terror, el miedo, la persecución, le represión, la tortura, la detención clandestina, fueron las herramientas utilizadas por aquellos que creían que se podía manejar al pueblo violando repetidamente los derechos. Quisieron exterminar una generación de hombres y mujeres brillantes, comprometidos con el país, y que entregaron su vida por hacer valer sus ideales”. En su discurso rescató asimismo las figuras de Madres, Abuelas y padres de Plaza de Mayo.

Más tarde, el massista Jorge Laviuzza luego de hacer un repaso histórico, se ubicó en la actualidad: “También nos preocupa la corrupción, la inflación, el empleo, el protocolo de seguridad”.

Por el Frente para la Victoria hablaron Claudio Román y Cristina Rodríguez, damnificada directa de la última dictadura. Román destacó las gestiones de Nuevo Encuentro en el área de derechos humanos y repudió la visita de Obama. Rodríguez apuntó a la complicidad civil (empresaria) con esa oscura página nacional.

Lucas Ghi disparó contra su sucesor en el Ejecutivo, “espero que sea genuina su preocupación por el tema”. Hizo referencia también a una “mirada despectiva” de Macri por los derechos humanos. Hernán Sabbatella redobló la apuesta y no ahorró pirotecnia verbal; además, leyó un documento firmado por diversos organismos.

El cierre corrió por cuenta de la titular del bloque oficialista, Analía Zappulla, quien apeló a un recuerdo en “blanco y negro” de aquellos días. “Los hijos de los ’70 somos un puente entre dictadura y democracia”, mencionó. Y agregó: “Soñamos con un país en donde no se resista en democracia, donde no se estigmatice a un pibe de 20 años nieto de un hijo de puta”.

Consideró también que “no se defienden los derechos humanos avalando la violencia. No es defender la democracia sabotear una gestión porque se perdió”.

La respuesta de Nuevo Encuentro, en la voz de Diego Spina – tras recordar que su padre estuvo detenido – fue, “no estigmatizamos, pero tampoco perdonamos”. La foto final de la sesión fue para el olvido, la militancia k con cánticos que emparentan al nazismo con Cambiemos; y los ediles Sabbatella y Salinas casi yéndose a las manos.