Macri en el Congreso: “palos” al kirchnerismo y anuncios para 2016

El Presidente dejó inaugurado el período de sesiones ordinarias de un parlamento dividido, que lo recibió con aplausos y abucheos. Y a Vidal le “duele” la Provincia.

El presidente Mauricio Macri dejó inaugurado el 134 período de sesiones ordinarias en una tensa Asamblea Legislativa, con fuertes críticas a la herencia recibida del kirchnerismo, y expuso como principales ejes de gobierno la baja de la inflación, la generación de empleo, reducir la pobreza y combatir el narcotráfico. Lo escoltaron la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el titular de Diputados, Emilio Monzó.

La dura descripción de la situación que encontró el 10 de diciembre al asumir el poder generó el repudio de un sector del kirchnerismo, lo que obligó a Macri a pedir que «se respete el voto del pueblo» y a la vicepresidenta Gabriela Michetti a pedir que se respete al jefe de Estado.

Los aplausos y un atronador «sí, se puede» del oficialismo se entremezclaron con los abucheos de legisladores opositores que se levantaron de sus bancas para mostrar carteles con mensajes críticos al gobierno nacional.

Ante un recinto colmado de diputados, senadores e invitados especiales, Macri realizó un discurso por espacio de una hora donde pidió que el Congreso sancione los proyectos para cerrar el acuerdo con los fondos buitre y así salir definitivamente del default, y poder acceder al financiamiento externo y a la expansión económica.

En ese sentido, Macri dijo que hay que «poner la responsabilidad por sobre la retórica» para cerrar el acuerdo alcanzado con los holdouts y dijo que por la falta de un consenso con los tenedores de bonos en los últimos años se perdieron 11.000 millones de dólares.

En su mensaje propuso una extensa agenda legislativa que contempla la rebaja del IVA para productos de la canasta familiar para los sectores de menores recursos, reformas en el Consejo de la Magistratura, la designación de los pliegos para jueces de la Corte Suprema, una ley de compras para proveedores del Estado, ley de arrepentido y reforma política electoral.

El jefe de Estado en su balance sobre la herencia recibida el 10 de diciembre aseguró que se encontró con un Estado «desordenado y mal gestionado», con «falta de planeamiento, corrupción y desidia» que lo hicieron tener «poca o nula capacidad para atender sus obligaciones».

En ese contexto, Macri indicó que encontró «un Estado plagado de clientelismo y al servicio de la militancia política y de destrucción de la carrera de los trabajadores públicos», y enfatizó que en la Argentina «no creció el empleo en los últimos años tanto por la inflación como por los impuestos y por las malas políticas aplicadas».

Con aplausos de los diputados de Cambiemos y por tramos gritos reprobatorios de algunos kirchneristas, Macri remarcó los problemas que enfrenta la Argentina y ese sentido puntualizó que en los últimos años «se habló de un modelo de inclusión social, pero tuvimos en estos 10 años una inflación de 700 por ciento, un déficit del 7 por ciento del PBI» que se financió con emisión monetaria del Banco Central, apuntó.

Y ante el repudio de los kirchneristas, aseguró que «la inflación existe porque el gobierno anterior la promovió porque creía que era una herramienta válida de la política económica».

Por otra parte, el Presidente reafirmó que el objetivo del gobierno será «unir a los argentinos, combatir el narcotráfico, la pobreza, disminuir la inflación y mejorar la independencia del Poder Judicial» y resaltó como medidas de su gobierno los cambios en las asignaciones familiares («incorporamos un 1.200.000 familias») y en el impuesto a las ganancias, aunque señaló que «el cambio de las escalas será una tarea del Congreso».

Además, recordó el 40 aniversario del último golpe militar que se cumplirá el 24 de marzo y dijo que se debe aprovechar ese día para «gritar nunca más a la violencia institucional» y pidió terminar «con la lógica de amigos y enemigos».

En el último tramo de su discurso, Macri pidió hoy recuperar la «cultura del trabajo, del esfuerzo que te aleja de la deshonestidad» y llamó a unirse detrás de «una agenda de crecimiento».

Vidal: «No estoy acá para construir una candidatura ni para hacerme rica”

En la apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura bonaerense, la gobernadora María Eugenia Vidal señaló que «este es el comienzo de una nueva etapa. La Provincia tuvo muchas dificultades, pero esta época nos ofrece las oportunidades para superarlas». Y agradeció el acompañamiento de Mauricio Macri.

«Podemos tener diferentes ideas y opiniones. Pero eso no debe impedir que debatamos y logremos los consensos necesarios para gobernar», agregó.

Vidal reconoció que el inicio de las clases en fecha tras la discusión paritaria “es mucho más que un compromiso como gobierno, es un esfuerzo que hemos hecho tanto la Provincia como la Nación”.

Pero, uno de los momentos sobresalientes fue cuando admitió que la provincia “duele” y citó como ejemplo que «más de la mitad de las familias no tengan agua potable ni cloacas, lo que afecta directamente a la salud y al desarrollo de millones de personas».

“Nos duele tener hospitales en riesgo de demolición y que de los 77 hospitales provinciales, 53 requieran inversiones millonarias para ponerse de pie”, mencionó.

Vidal advirtió que la Provincia «tiene problemas estructurales y una deuda social enorme» y enfatizó: «No estoy acá para construir una candidatura ni para hacerme rica ni para hacer lo que no se ve».

Aseguró que está convencida de “dar la batalla contra las mafias, la corrupción y la desidia” y explicó que por ello removió a la cúpula del Servicio Penitenciario y empezó una transformación en la Policía.

Dijo que encontró una provincia “que sólo tenía un 3% del presupuesto en capacidad de inversión, la más baja entre todas las provincias y una deuda documentada de 122.000 millones de pesos”.

“También encontramos otra deuda no reconocida de aproximadamente 59.000 millones más con IOMA, el Banco Provincia y el Instituto de Previsión Social. Ese dinero tendría que haber estado al servicio de una mejor obra social, de un banco que pueda dar créditos para la vivienda o la producción y garantizar una jubilación digna a los bonaerenses”, detalló.

La gobernadora anunció que firmó un decreto que «obliga» a ella y a sus ministros a «presentar» sus «declaraciones juradas públicamente» al igual que «las personas con cargo policial, rango subcomisario hacia arriba, y el equivalente en el servicio penitenciario».

Además señaló que Buenos Aires es «la Provincia con la mayor cantidad de habitantes, la que más aporta al PBI y la que recibe mucho menos de lo que le corresponde por coparticipación».

«El decreto que firmó el Presidente la semana pasada empezó a ofrecer soluciones a esto, pero es sólo un comienzo», reconoció Vidal y añadió: «No podemos resolver en dos meses algo que se viene acumulando desde hace mucho tiempo, porque esta desigualdad, este reparto injusto que perjudicó a los bonaerenses, viene desde hace más de 20 años».