Mauricio Macri se convierte en el nuevo presidente de PRO después de que sus armadores lograran cerrar un acuerdo con el sector de Patricia Bullrich para presentar una lista de unidad y, de esta manera, evitar una elección interna para renovar las autoridades.
El expresidente, que reunió el respaldo de la mayoría de los referentes nacionales y delegó las negociaciones en Fernando de Andreis, estará escoltado en el Consejo Directivo por Soledad Martínez, intendenta de Vicente López (del ala de Jorge Macri), y el diputado nacional Damián Arabia, propuesto por Bullrich. El secretario General será Facundo José Pérez Carletti, un alfil apalancado por Macri. De los cuatro lugares más importantes, tres son del ex mandatario.
También integrarán el Consejo Directivo los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut) -lo harán como titulares partidarios en sus provincias-, los intendentes Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Guillermo Montenegro (General Pueyrredón) y los históricos dirigentes partidarios María Eugenia Vidal (CABA) y Diego Santilli (PBA).
Tal como estaba previsto, Horacio Rodríguez Larreta decidió desmarcarse porque rechaza la alianza táctica con Milei. No puso reparos a la candidatura de Macri y no se irá del partido, pero tampoco pondrá dirigentes propios en la conducción nacional. “Si no me quieren, que me echen”, le transmitió a sus detractores internos.
El exalcalde mantiene en su grupo a los legisladores Emmanuel Ferrario y Claudio Romero, que integran el bloque de Pro en la ciudad, o los diputados Silvia Lospennato, Álvaro González y la senadora Guadalupe Tagliaferri. Santilli, Valenzuela e incluso Julio Garro ya soltaron amarras y se aproximaron sin remordimientos a la zona de Milei. En el larretismo consideran que Macri y Bullrich se encaminan a entregarle las llaves de Pro a Milei.
Con esta jugada, Macri vuelve a la primera línea de fuego tras su repliegue electoral de 2023. Apuesta a recuperar el control de su partido para fortalecerlo y centralizar las negociaciones con Milei por casilleros en el Gobierno o el armado de las listas electorales de 2025.
Si bien todo estaba encarrilado hace días para que Macri sucediera a Bullrich al frente de la fuerza, ya que había cosechado el grueso de los apoyos, el anuncio sufrió un retraso inesperado. Es que Bullrich, ministra de Seguridad de Milei, tensionó hasta el filo del cierre del plazo legal para la presentación de listas y demoró el pacto con el objetivo de presionar al expresidente.
Las escenas previas al acuerdo por la sucesión en Pro arrojaron luz sobre el estado en que se encuentran el lazo personal y político entre Macri y Bullrich, después de que la actual titular de PRO aceptara la convocatoria de Milei para sumarse al gabinete de La Libertad Avanza. Esa decisión, que Macri calificó de “personal” e inconsulta, provocó una fuerte convulsión interna.
Quienes rodean a Macri resaltan que aspira a usar el partido como plataforma para reposicionarse y concentrar las decisiones en torno a la integración con los libertarios. Macri descarta una fusión, por eso, procura que PRO mantenga su identidad y profundice la visión liberal. El expresidente está convencido de que deben colaborar con Milei, ese es principalmente un reclamo que surge de sus votantes.
En el núcleo duro de Macri admiten que se encaminan a converger con los libertarios en 2025. Hasta ahora el proceso de integración no fue sencillo, sobre todo, por la desconfianza que existe entre macristas y LLA. Macri sospecha que la mesa chica de Milei pretende con sigilo apropiarse de sus figuras y evita un acuerdo integral. No obstante, Milei y sus estrategas admiten que le abren la puerta a la chance de confluir con PRO en las legislativas de 2025.