La Rendición de Cuentas del año 2022 de la gestión de Diego Valenzuela tuvo un debate de cinco horas en el Concejo Deliberante. Finalmente, tras 11 votos del oficialismo, 11 del Frente de Todos y la abstención de Patricia Rodríguez, desempató el presidente del HCD, Juan Carlos Berns.

En diálogo con Marcelo Bello, presidente de la comisión de Hacienda y Presupuesto, detalló que hubo 13.300 millones de pesos presupuestados en 2022 y dicho cálculo se ajustó en 6000 millones, llevando la cifra a más de 19.600 millones; a su vez, los gastos del período fueron superiores a 19.400 millones de pesos.

“Una de las prioridades es la obra pública, porque el municipio cobra tasas para dar servicios puntuales”, indicó el edil radical, y añadió, “somos un municipio Pyme, la gestión trabaja en el desarrollo de la industria, se acompaña a las empresas. Con la eximición del pago de habilitación ya hay 30 nuevos comercios”.

En la sesión hablaron la mayoría de los concejales de la oposición porque se dividen por temas. También existió un cruce fuerte por la intervención de Alejandro Buigo, quien dijo que Curto fue “el político más corrupto” de Tres de Febrero.

“No comparto que se digan esas cosas en el recinto”, opinó Bello, y señaló: “Hay que ser serios en la discusión de los números de los gastos, de las inversiones”. En cuanto a la abstención de Rodríguez (que camina junto con Bullrich), dijo, “confunde lo que es diferencias internas con ser parte de la oposición. En algunas cosas colabora, en otras no”.

Uno de los principales señalamientos del FdT apuntó a subejecuciones en algunas partidas. “Es una verdadera infamia; el problema que tenemos es una demora con los ingresos de los programas que son con fondos de Provincia y Nación”. En ese sentido sumó, “es increíble la discriminación que sufre Tres de Febrero con respecto a los distritos vecinos. Esto habla de la deficiencia en la administración del gobierno provincial”.

Además, el concejal de Juntos respondió al debate en torno a la inseguridad. “La Municipalidad cobra una tasa por seguridad, pero gasta mucho más de lo que ingresa. Repone neumáticos, paga el combustible de los patrulleros de la Policía, más los móviles propios y las motos. También hay un trabajo en controles vehiculares”.