Luego de un extenso y acalorado debate, la Cámara de Diputados aprobó a primera hora de este miércoles el proyecto de ley de Aporte Solidario y Extraordinario para aquellos patrimonios que sean superiores a los 200 millones de pesos. El proyecto impulsado por el Frente de Todos tuvo 133 votos a favor – 19 correspondientes a otras bancadas – contra 115, y las dos abstenciones de la Izquierda.

Según la norma con media sanción y ya enviada al Senado, el Gobierno busca recaudar alrededor de 300 mil millones de pesos para ser utilizado con fines sociales y sanitarios, vinculados con la pandemia de coronavirus. El llamado impuesto a la riqueza debería ser pagado, en caso de convertirse en ley, por unas 10 mil personas, según los datos aportados por AFIP.

A raíz del aislamiento preventivo al que se sometió el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, por sospechas de contagio de Covid-19, la sesión comenzó siendo presidida por el vice del cuerpo, Álvaro González. Luego de unas horas, tras el negativo que arrojó el segundo hisopado, Massa retomó las funciones presenciales en el Congreso y ocupó su asiento en el recinto.

La presentación del proyecto recayó en el presidente de la comisión de Presupuesto y miembro informante del Frente de Todos, Carlos Heller. El economista y autor del proyecto aseguró por videoconferencia, «estamos frente a una situación de emergencia que es lo que le da la situación de excepcionalidad, extraordinario. Y es por única vez”.

Por su parte, Luciano Laspina (PRO) consideró que la iniciativa impulsada por Máximo Kirchner consagra una «lógica de pegarles un tiro en los pies de los empresarios que tienen que empujar del carro en la salida de la pandemia» de coronavirus.

El santafesino dijo que el impuesto a la riqueza es «confiscatorio» porque hay una absorción por parte del Estado de una parte sustancial de la renta o la propiedad y cuestionó que el aporte «opera como doble imposición respecto del impuesto que hoy ya rige de Bienes Personales».

A su turno, Nicolás del Caño justificó la abstención del Frente de Izquierda al opinar que la iniciativa es el «camuflaje de un ajuste contra el pueblo» que se lo quiere «presentar como algo revolucionario». «Es un proyecto que recauda muy poco y es un engaño que intenta ocultar esta farsa», indicó.

En tanto, Graciela Camaño (Consenso Federal) dijo que se trata de un «impuesto» que se superpondría con la misma base imponible que ya fija el tributo de Bienes Personales, por lo que genera «inseguridad jurídica», «pérdida de confianza» y desaliento de inversiones.

Máximo Kirchner cerró el debate. “Este aporte solidario va a servir para conseguir más vacunas rápidamente, para que el impacto de la llegada de esa segunda ola sea lo menor posible. No es tiempo para insultos. Es tiempo para construir una sociedad que tenga la conducta, voluntad y disciplina necesaria hasta que la mayoría de los argentinos estén vacunados. Lo que queremos es una Argentina con argentinas y argentinos vivos y sanos”, sostuvo.