Javier Milei asistió al Congreso para presentar el Presupuesto 2025, con un discurso que ya suena repetido: apuntó contra “la casta”, es decir la clase política de la que ya forman parte los libertarios, y esbozó algunos lineamientos de “la ley de leyes” que se basará en la motosierra, con foco en el equilibrio fiscal. Además, le pidió a gobernadores e intendentes un ajuste adicional de 60.000 millones de pesos para alcanzar las metas macroeconómicas.
De todos modos, el Presidente evitó en todo el discurso – leído con muchos traspiés – las cifras, ni hubo detalles. Más tarde ingresó formalmente el proyecto y se sabe que para el año próximo el Gobierno espera que la economía crezca 5%, la inflación se desacelere a 18,3%, que el dólar oficial avance a un ritmo semejante a los precios ubicándose en 1.207 en diciembre, un superávit primario de 1,3% del PBI y equilibrio en el resultado financiero del Tesoro.
Milei eligió para la Cadena Nacional el prime time televisivo, aunque en rigor lo destrozó. Hizo historia: los canales de aire pasaron de 14 puntos de rating a las 20.59 a menos de 4 diez minutos después. No lo vieron. Otra curiosidad fue que no estuvieron presentes la ministra Sandra Pettovello (de viaje a Roma) y el asesor todoterreno Santiago Caputo.
El recinto de la Cámara de Diputados al 50% fue una pintura de la realidad política. No sólo por las ausencias del peronismo, radicales díscolos y legisladores federales, sino también porque el camino del Presupuesto de Milei será espinoso para conseguir la aprobación. No en vano están convocados para este lunes los opositores dialoguistas, con el objetivo de reunir los votos. Viene La Libertad Avanza de blindar un tercio para sostener el veto a la reforma jubilatoria. Ahora necesitará conseguir la mayoría en ambas cámaras si quiere que se apruebe el Presupuesto.
Habitualmente, la presentación de un Presupuesto es un trámite administrativo, que explican funcionarios de gobierno. Esta vez tuvo mucho de acto partidario y provocaciones a la bancada de Unión por la Patria. Entre otras cosas, Milei Llamó “ratas miserables” a los opositores y cuestionó a toda la clase política por su afición al gasto.
«Gestionar no es designar miles de funcionarios en todos los rincones del Estado cuando todas esas áreas no deberían existir, ni hacer rutas que no conducen a ningún lado, ni viviendas hacinadas que nadie quiere, ni usar el GDE como decía el candidato (Sergio) Massa», dijo el mandatario desde el atril.
Además, señaló que «nos hemos acostumbrado a usar el Estado como una niñera”, y abogó por «reducir impuestos y el tamaño del Estado, que es la verdadera presión impositiva». También envió un alerta al Congreso: «Vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal», como ocurrió con la reforma jubilatoria y como ocurrirá con el financiamiento educativo. Dijo que sólo permitirá un aumento del gasto si la propuesta está acompañada de una alternativa para financiarlo.
Con tono monocorde mencionó, «gestionar es desactivar la bomba que heredamos, haber echado 31 mil ñoquis del Estado, haber eliminado los piquetes y reducido el 71% los homicidios en Rosario».
Respecto a una de las definiciones que genera más expectativas, la desregulación cambiaria, no aportó ningún dato: «Después de años donde la clase política vivió poniendo cepos a las libertades individuales, hoy venimos aquí a ponerle un cepo al Estado».