El presidente Mauricio Macri estuvo reunido con los intendentes de las 23 capitales de provincias del país más el jefe de Gobierno de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. Fueron los oficialistas de Cambiemos, con sus diversas variantes, los del PJ, también el de La Cámpora, y los que forman parte de partidos provinciales que, hasta hace poco, se referenciaban con el kirchnerismo.
La mayoría de los que estuvieron presentes dejaron trascender mensajes positivos sobre el diálogo que mantuvieron con el Presidente, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio.
En las fotos de Presidencia, de hecho, se ven a todos los participantes conversando cómodos hasta, incluso, el ahora intendente de Resistencia, Jorge Capitanich, que había anticipado un mensaje beligerante, guardó las formas y no se salió del libreto. Se habló de obras y también de transporte.
Mauricio Macri recibió tres regalos. El intendente salteño, Gustavo Sáenz, le regaló un poncho y su colega de Rawson, Rossana Artero, una plaqueta que había querido entregarle en su visita a la ciudad de la semana pasada. En tanto, el intendente de La Rioja, Alberto Paredes Urquiza, le obsequió un mate.
Además de obras -a la cabeza del ranking de los reclamos- y financiamiento internacional, los intendentes plantearon cierta inquietud por los aumentos que vendrán en el transporte público. Van de la mano de los aumentos en el resto de los servicios públicos, que golpean con fuerza en el interior y cuyas principales quejas son recibidas primero por los jefes comunales. El ministro Guillermo Dietrich debería haber participado del almuerzo.
Queso de entrada y carne al horno con papas de plato principal fue el menú que amenizó la reunión. El jefe de Estado habló recién sobre el final: durante la reunión anotó los principales reclamos.
El único de los intendentes que no habló fue Horacio Rodríguez Larreta, que volverá a la Casa Rosada el jueves, cuando Macri reciba por segunda vez a todos los gobernadores, una reunión clave de cara a la votación del Congreso que deberá decidir sobre la Ley Cerrojo y el pago a los holdouts.