En el Golf Club de Villa Adelina, Ramón Lanús juró como intendente de San Isidro por los próximos cuatro años y arranca así una nueva era en el distrito, tras 40 años de Melchor y Gustavo Posse. Las sensaciones de este nuevo desafío, los ejes de gobierno y realidad nacional, los principales temas que sintetizaron su discurso.

Ante vecinos y varios intendentes y dirigentes del PRO, el nuevo jefe comunal expresó: “Me genera una enorme responsabilidad, orgullo y honor este desafío. En los últimos años, San Isidro comenzó a perder potencia y se quedó atrás. Necesitaba un cambio, una energía nueva”. Y agregó, “nuestra misión y obsesión es mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos. Hay muchísimas cosas que se hicieron bien, sobre eso debemos construir y mejorar. Queremos dar un salto de calidad en cada una de las áreas de la Municipalidad”.

Gustavo Posse fue el encargado de entregarle la llave que simboliza el atributo de mando del gobierno local, ante la mirada de los intendentes Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Jaime Méndez (San Miguel); y de los ex ministros Alfonso Prat Gay y Esteban Bullrich.

Lanús remarcó, “quiero gobernar de un modo ejemplar, promover la transparencia y establecer un área de control interno del Estado local. Queremos ser innovadores al planificar nuestras propuestas y actuar con mucha determinación para implementarlas. San Isidro puede desatar una potencia extraordinaria si coordinamos voluntades y acciones entre la Municipalidad, la Iglesia, la academia, las empresas y las asociaciones de la sociedad civil. No dejen de apoyarnos y tengan paciencia, los cambios llevan tiempo”.

En relación con los ejes de trabajo, en su discurso especificó a la seguridad, la mejora de los espacios públicos y la modernización de los servicios municipales. Además, indicó, “vamos a apostar fuerte por la educación para generar cambios profundos. Y todo lo que hagamos queremos que ayude a cambiar la cultura política de Argentina”.

El acto de asunción en el Golf Club de Villa Adelina – con fuerte presencia de símbolos católicos – culminó con referencias al ámbito nacional. “Estamos en un estado crítico, la degradación moral, social y económica es una tragedia que también golpea a San Isidro. Vamos a apoyar todas las medidas que consideremos necesarias para salir de esta situación. Que el gobierno nacional sepa que acá cuentan con un aliado a la hora de cortar privilegios y políticas populistas que nos dejaron en esta situación”.