El intendente Ramiro Tagliaferro participó de la jornada inaugural del Taller de Pastelería y Panadería, que el municipio de Morón realiza junto con la empresa Naturgy, dentro del Programa Energía del Sabor. En esta oportunidad y por primera vez, se realiza este curso dirigido a mujeres víctimas de violencia de género, para brindarles la posibilidad de formarse en el oficio, ampliar sus posibilidades en el mercado laboral y lograr independencia económica.
En el evento, Tagliaferro expresó: «Es importante llevar adelante este tipo de cursos, por la relevancia del tema y lo que implica la asociación del Estado con el sector privado. Por eso es destacable que podamos realizarlo, nosotros como un Estado presente, que hace todos los días, y Naturgy una empresa con compromiso».
Participaron del acto la senadora bonaerense Daniela Reich y el secretario de Producción y Desarrollo Económico, Esteban Casaburo; la Coordinadora de Responsabilidad Social, Sofía Rebagliati; la coordinadora del Portal de Empleo de Morón, Rocío Machado, y la directora de Políticas de Género y Diversidad Sexual, Liliana Romero.
Dichas áreas trabajaron en conjunto con la empresa para el diseño y realización del curso en el que la firma se encarga de costear los productos para las clases y los honorarios de la profesora María del Rosario Segovia, ex directora del Instituto Municipal de Educación Superior (IMES) y vecina de Morón.
El taller comprende dos módulos y les permite a las mujeres una pronta salida laboral independiente, que puedan realizar inclusive desde su casa, a través de las especialidades Pastelería y Panadería. Cada módulo tiene una duración de 12 semanas, con una cursada semanal de tres horas. Por otro lado, las clases prácticas serán en las instalaciones de UTHGRA Morón, durante tres meses y con cupo para 30 mujeres.
Según el informe de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual, durante 2018 se atendieron 832 víctimas de violencia, de las cuales 441 fueron nuevos casos. La dependencia económica dificulta la posibilidad de cortar el círculo de violencia en el que está inmersa la persona agredida, pero además estas mujeres no suelen contar con una red de contención que les permita delegar el cuidado de sus hijos durante las posibles horas de trabajo.