1 PersonaVanesa Morel, docente trans: “Mi género estuvo siempre intacto”

Vanesa Morel, docente trans: “Mi género estuvo siempre intacto”

Vanesa Morel (36) es profeta en su tierra. Hace algunos años se convirtió en una de las primeras docentes trans en Misiones. Nacida y criada en Posadas, con 9 hermanos, esta profesora de Inglés de Apóstoles compartió su historia de vida con Guía Sexus.

Contenida hoy por ATTTA, Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina, se declara activista en temas vinculados con los derechos del colectivo. Vanesa cambió su identidad a partir de la ley de Identidad de Género, “que tu DNI no coincida con tu imagen es muy vergonzoso”, señaló.

“Desde chica, una va descubriendo su femineidad. Una representación de lo que una quiere para su vida. Una de pequeña sabe que es una mujer”, repasó vía Zoom, y agregó, “a la vez sabés que es raro porque tenés tus genitales masculinos; te comportas de una manera y te dicen que no. Este es un país machista”.

Recordó también: “Mi mamá me dijo que ella supo siempre quién soy, pero no hubo un diálogo formal hasta la adolescencia, cuando le comenté lo que me sucedía. Nunca tuve un rechazo de parte de mis padres. Sólo tuve algunas diferencias con un hermano, lo mismo me pasó con amigos varones”.

Según relató, los momentos más traumáticos ocurrieron en su niñez. “De repente, que sientas que tus amistades se alejan y vos sos chica, no entendés nada. Eso es muy negativo”. Aunque su presente es bien distinto: “Ya lo superé, estoy en una instancia en que eso no me importa”.

“Siempre tuve claro quién era, mi género estuvo siempre intacto. Sabía que eso me iba a traer inconvenientes, sin embargo fui fiel siempre a lo que soy, porque el género es social, psicológico, hasta biológico, no lo podés revertir”, continuó.

“Con el tiempo, con la ingesta de hormonas, la operación mamaria, me reafirmé más”. Consultada por alguna intervención más, reconoció que “antes pensaba en la operación genital, pero hoy ya no. Estoy bien con el sexo que tengo. Sí trato de verme muy femenina, porque me encanta”.

Respecto al mundo de la sexualidad, recordó, “empecé tarde en el terreno de la sexualidad y todo lo que aprendí fue gracias a mi colectivo. Tenía mucho miedo. Al descubrir ese mundo, no paré…de forma saludable quiero seguir descubriendo cosas”.

En su ejercicio docente la convivencia es dispar. “Los y las colegas tienen ‘chips’ que no los pueden cambiar. Al ver a una persona trans que tiene un título, cierto estatus, es muy difícil para ellos aceptarlo y ahí viene el conflicto”, mencionó, y destacó, “quieren que yo esté en otro mundo; según los mandatos sociales, tendría que estar parada en una esquina. No ven tus habilidades, sólo te encasillan. Hay un problema enorme”.

Convencida de que hay que darle la posibilidad a todos y todas para que se desarrollen, Vanesa compartió una vivencia del ámbito educativo. «En 2012 tenía una estudiante trans, y ella tenía conflicto con sus compañeros y algunos directivos. La ayudé mucho, y a raíz de toda la discriminación que pasó hicimos la denuncia en el Inadi, que se pronunció a su favor. Eso llevó a una transformación en la institución”.

Durante la charla surgió el tema de la violencia física, en ese punto hizo referencia al transodio, “no es miedo, fobia; la gente tiene odio”. “No reconoce los derechos adquiridos. Cuando ven progresos, provoca odio. También tenés a los clásicos odiadores seriales, que son los hombres que les pegan o tiran piedras sólo por ser chicas trans”.

Además, el colectivo es víctima de la violencia institucional. En ese sentido, contó los maltratos del sistema. “Desde muchas organizaciones se piensa en una ley trans integral que repare varios aspectos. También en una nueva ley anti discriminación”, concluyó.

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