El director en el Banco Provincia y ex ministro de Desarrollo Social bonaerense, Daniel Arroyo, presentó en Morón su libro “Las cuatro Argentinas y la grieta social”. En el evento realizado en el salón Le Parc lo acompañaron en el panel el concejal del Frente Renovador Martín Marinucci y el diputado Facundo Moyano.
Dicha actividad convocó asimismo a dirigentes massistas de la región, varios de ellos ediles de zona oeste, y a la diputada María Azucena Ehcosor.
En la introducción, Marinucci expresó que “el libro habla de una grieta mucho más importante que cualquier otra grieta, la social. Y tenemos que agradecer que alguien como Daniel pueda transmitir no sólo una cruda realidad, sino también soluciones y propuestas”. Y no faltó la chicana dirigida al gobierno de Cambiemos, en ese sentido destacó el “conocimiento de Daniel sobre nuestro distrito, más que muchos de los que hoy están en el Ejecutivo”.
El referente gremial citó a Roberto Lavagna – avalado en las últimas horas por toda la mesa chica del partido -. “Ya vivimos este modelo económico, que no arroja soluciones”, indicó, y señaló que “hay errores y una concepción ideológica diferente a la nuestra”.
A su turno, Arroyo, oriundo del distrito, devolvió gentilezas: “Morón se merece más y esta ciudad tiene la necesidad de alguien como Martín” ya que según su punto de vista “el distrito no se desarrolló como corresponde”.
En su alocución repasó su libro basado en índices como pobreza, analfabetismo y trabajo infantil. En una línea cronológica de los últimos años comentó que en 2002, en plena hecatombe, había en el país 2 millones de planes sociales; durante la gestión kirchnerista llegaron a 8 millones y en la actualidad el número asciende a 9 millones. “Tenemos un problema serio en materia social”, remarcó, y concluyó que éste “no se resuelve con planes sociales”.
Además de un diagnóstico, en “Las cuatro Argentinas y la grieta social” hay propuestas. Arroyo las sintetizó en cinco ítems. Primero cortar de raíz la venta de droga; segundo, cambios en los planes sociales, estableciendo un puente hacia el trabajo formal; romper con el sistema actual de créditos; acceso a la vivienda y, el último tema que citó, la lucha contra la corrupción.
A pesar del cuadro preocupante descripto, el asesor massista se permitió ser optimista. “Son fundamentales los próximos cinco años para planificar los 20 años que vienen. Podemos hacerlo bien. Para eso necesitamos participación. Alma, corazón y vida. Para que todo esto cambie de verdad”.