La Cámara de Diputados aprobó el proyecto de la oposición para reformar al impuesto a las Ganancias, luego de que fracasara el tratamiento del dictamen de mayoría defendido por el oficialismo.
Con 140 votos positivos, 86 negativos y 7 abstenciones, la Cámara Baja aprobó y giró al Senado la iniciativa que prevé una suba del mínimo no imponible de alrededor del 40 por ciento de este umbral, llevándolo a 33.500 pesos en bruto para solteros y 44.000 pesos para casados con dos hijos, a la vez que grava los juegos de azar, la renta financiero, las mineras y a los nuevos magistrados.
Previamente se había sometido a votación el dictamen de mayoría del oficialismo, que resultó rechazado con 144 votos por la negativa y sólo 88 positivos, además de 4 abstenciones.
Diputados opositores y del oficialismo mantuvieron un fuerte cruce verbal en el recinto cuando los primeros pidieron dar por finalizado el debate y pasar a votar el proyecto de modificación del Impuesto a las Ganancias, mientras desde la coalición gobernante Cambiemos insistían en que era necesario continuar con los discursos.
En medio de la acalorada discusión, la macrista Silvia Lospennato acusó a los kirchneristas de «demagogos» que «robaron el país» y que «por eso no los votaron»; en tanto que la massista Graciela Camaño advirtió que «toda la tarde hubo llamados del jefe de Gabinete -Marcos Peña- a los gobernadores para cambiarles la voluntad».
A partir del acuerdo alcanzado por la tarde entre diferentes bloques opositores que ya hacía avizorar una votación en la que el oficialismo perdería, desde el FpV-PJ y el Frente Renovador comenzaron a analizar posibilidades para acotar el debate.
Pasadas dos horas de debate y luego de los discursos de los principales referentes de cada bloque, los opositores decidieron bajarse de la lista de oradores y dejar que los discursos sólo los dieran los oficialistas. Disgustados con el previsible final, desde Cambiemos anotaron a casi todos sus diputados y aliados -más de 100- en la lista de oradores y comenzaron a argumentar uno por uno ante la impaciencia de la oposición.
Mientras la mayoría de los 140 diputados pertenecientes a los bloques que obtuvieron el acuerdo vencedor permanecían en sus bancas; el oficialismo vació las suyas y sólo hacía ingresar al recinto al diputado que tenía el turno para hablar. Fastidiados por esta situación, y apelando al reglamento, desde el Frente Renovador pidieron que se cerrara el debate y que se pasara a votar el proyecto.
«Viendo que este es un debate donde algunos no van a salir victoriosos y se han anotado en una extensa lista de oradores, solicito el cierre del debate», irrumpió Camaño, para pedir que se ponga en votación esa propuesta, que finalmente fue aceptada por 148 votos contra 87, provocando un revés al Gobierno.
Negri, titular del interbloque Cambiemos, le respondió que «no sólo no pueden acotar los tiempos, sino que tienen que dejar que se explayen todos los diputados. Podemos acceder a que no se anote más nadie, pero que concluyan todos los anotados». Más contundente que el cordobés, Lospenatto expresó: «Nos quieren cortar el uso de la palabra, siguen siendo tiranos, abusan del reglamento»
«Si vamos a perder la votación la perdemos, pero sabiendo que perdían los dejamos hablar 14 horas con el tema holdouts. No vamos a permitir que nos falten el respeto, sobre todo con la cantidad de veces que argumentaron en contra de no dejar hablar», aseveró.
Enfervorizada, la diputada del PRO, arremetió: «No pudieron ganar la elección, pero quieren gobernar haciéndonos las leyes. Nos quieren provocar un fuerte desfinanciamiento fiscal».
Apuntando a los kirchneristas, expresó: «Hoy se reúnen, lamentablemente, con el Frente Renovador, y lo peor es que ni siquiera nos dan la posibilidad de hablar. Nos imaginamos muchas cosas, pero nunca una sesión vergonzante y antidemocrática en la que nos quiten la palabra».
«Durante 12 años no tocaron las escalas -de Ganancias- y vienen ahora a querer hacerlo. Son demagogos, robaron el país y por eso no los votaron», concluyó.
Tocada por los dichos de Lospenatto, Camaño dijo que «durante toda la tarde los diputados recibieron llamadas telefónicas que el jefe de Gabinete, quien dice ser lo nuevo, que viene a hacer el cambio, hacía los gobernadores para cambiarle la voluntad a los diputados».»Si vamos a hablar de nuevas prácticas, no son estas. Porque a estas mismas prácticas las he visto en muchas otras oportunidades», remarcó la legisladora massista.
La también massista Cecilia Moreau le recordó a Cambiemos que la semana pasada casi todos los bloques de la Cámara le dieron el apoyo al macrista Emilio Monzó para continuar como titular del cuerpo legislativo.
«Pedimos que sean respetuosos de los que no estamos de vacaciones y estamos acá defendiendo los derechos de los trabajadores», disparó Moreau, en una clara alusión a la oficialista Elisa Carrió, ausente en la sesión por encontrarse en Miami.
MEDIA SANCIÓN A LA EMERGENCIA SOCIAL CASI POR UNANIMIDAD
La Cámara de Diputados aprobó también, por abrumadora mayoría, el proyecto de ley que declara la Emergencia Social y crea el salario social complementario para los trabajadores de la economía informal.
Con 228 votos afirmativos, uno negativo y cuatro abstenciones, la Cámara baja le dio media sanción y giró al Senado este proyecto, que había sido consensuado de antemano por todos los bloques, con excepción del Frente de Izquierda, que se abstuvo en la votación.
La iniciativa declara la emergencia social en todo el territorio nacional hasta el 31 de diciembre de 2019 y dispone la creación del Consejo de la Economía Popular y del Salario Social Complementario y del Registro Nacional de la Economía Popular (RENATREP).
Durante el debate en recinto, el secretario general de la CGT y diputado massista, Héctor Daer, aseguró que el presidente Mauricio Macri debe hacer una autocrítica, porque la política que está realizando desde que asumió «aumentó la pobreza» y reivindicó la decisión de la central obrera de incorporar a la agenda la problemática de los trabajadores informales.
Daer, quien conduce la central obrera junto a Carlos Acuña y Juan Carlos Schmidt, dijo que la CGT «comprendió que tenía que tener un camino en común porque acá no hay trabajadores de primera y de segunda y por eso incorporamos la agenda de los compañeros que trabajan en la informalidad».
En tanto, el diputado nacional del FIT Néstor Pitrola cuestionó fuertemente el proyecto y dijo que se trata de «una tregua sin antecedentes». «No recuerdo antecedentes de una tregua de estas características», aseguró, al defender el dictamen de minoría impulsado por la Izquierda.
Tras anticipar la abstención de esa fuerza a la hora de votar el proyecto, el diputado del FIT advirtió que esa «tregua está coordinada con la CGT», a la vez que cuestionó la creación del registro de la economía popular contemplado en el proyecto, al sostener que se trata de «un registro de los candidatos a la precarización laboral».
A su turno, la diputada del Peronismo para la Victoria Lucila De Ponti destacó la importancia del proyecto y aseguró que la ley busca «achicar la brecha entre los distintos segmentos de la clase trabajadora». De Ponti, dirigente del Movimiento Evita, agrupación que impulsó el proyecto de emergencia social, destacó la necesidad de construir políticas públicas «que nos permitan consolidar nuevos sujetos de derecho».
Según la diputada, el proyecto busca «achicar la brecha entre los distintos segmentos de la clase trabajadora, pero mejorando la situación de los trabajadores que no tienen posibilidad de acceder a los derechos y protecciones que el trabajo les brinda».
Por su parte, el diputado de Cambiemos Luciano Laspina destacó que con el proyecto de emergencia social el Gobierno busca «reconocer un grave diagnóstico» y establecer «un marco de diálogo que no existía hasta ahora».
«Hemos heredado una crisis social dramática. Nos hacemos cargo como gobierno y por eso avanzamos con esta ley marco», señaló el diputado que preside la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja.