La lucha contra la inseguridad, enturbiada por cruces políticos

Una campaña sucia corrió el foco de las necesidades, vinculando a vecinos con ediles opositores. En La Calabria y otros barrios se defienden: "Nadie nos llenó la cabeza".

San Isidro no es la excepción en la crítica situación de inseguridad en el Gran Buenos Aires. Pero esta última semana fue noticia por las reacciones políticas a los reclamos vecinales más que por hechos delictivos.

El sábado 3, un grupo de vecinos de los barrios La Calabria, Las Lomas y de Las Carreras se iba a manifestar en el mástil de San Isidro centro. Al llegar los esperaba una pegatina con la inscripción: «Marcha política de la inseguridad de Vidal y Posse. No dejemos que nos maten»; movida atribuida a los concejales Marcela Durrieu  y Marcos Hilding-Ohlsson.

En paralelo, el subsecretario de Prevención Ciudadana, Federico Suñer, efectuó declaraciones a un medio local en las que acusaba a esos dirigentes de la oposición de «fomentar la campaña del miedo». Durante esos días se difundieron en redes sociales supuestos secuestros en el distrito nunca denunciados. El gobierno municipal vinculó los rumores a una acción psicológica en tiempos preelectorales.

Además, el funcionario presentó acciones contra una vecina que en un grupo de wathsapp contra la inseguridad se hizo eco de esas versiones. Entiende que las protestas están motorizadas por los propios dirigentes opositores.

LOS VECINOS SE DEFIENDEN

Desde ese espacio vecinal, que reúne gente de La Calabria, Las Lomas y otras zonas castigadas por hechos delictivos rechazan las acusaciones. Y por su parte deslizan que gente del municipio se infiltró en sus redes sociales para sacar información.

Un referente de los vecinos de La Calabria en estricto off expresó a Guía de Noticias, «estamos muy dolidos por las palabras de Suñer». Y defendió las acciones del grupo. «Arrancamos a reunirnos desde el año pasado por los hechos de inseguridad en la parroquia San José y todos los concejales y  políticos participaron. Inclusive del municipio estuvieron muchas veces, Andrés Rolón y unas concejales de su partido. Así que no hacemos campaña política», argumentó.

Con respecto a las manifestaciones, este miembro sostuvo que «si ves el detalle del proceso que llevamos en el grupo siempre planificamos nuestras acciones y nadie nos llenó la cabeza”. Y agregó, “reclamamos por una realidad, porque no queremos más que nuestros hijos sean corridos por ladrones con navajas».

En cuanto a los ediles de fuerzas como el Frente Renovador, Con Vocación por San Isidro y el peronismo, la fuente admitió la relación. «La mayoría de los vecinos agradece a esos concejales. Si no fuese por ellos nuestros pedidos de informes y reclamos dormirían en Mesa de Entradas». Uno de los reclamos respondidos fue el vallado de la ex usina Santa Helena, tras denuncias de ser un lugar ocupado por delincuentes.

Por otro lado, este foro de la zona oeste de San Isidro mantuvo encuentros con el intendente Gustavo Posse y el propio Suñer. «Nos dijeron que se están haciendo las cosas, pero no las vemos, no vemos planificación, como por ejemplo con las podas. Algunas cuadras son boca de lobo», detalló la fuente barrial.

REPUDIO EN EL CONCEJO DELIBERANTE

Con el escándalo suscitado por la pegatina contra Durrieu y Hilding-Ohlsson, los opositores estallaron y acusaron al possismo de una campaña sucia. En la sesión del último miércoles, los bloques opositores presentaron sobre tablas un proyecto de repudio a esas acciones anónimas, pero su tratamiento no fue aprobado ya que el oficialismo no lo votó.

Sin embargo, Hilding-Ohlsson expresó que «lo más grave que esos hechos repudiables se utilizan para tratar de parar un reclamo legítimo de vecinos». Y agregó: «Permítanos sospechar (…) se huele una estrategia política, se asusta al vecino que protesta y se lo acusa».

Otra de las escrachadas, Durrieu, fue mucho más fuerte y disparó contra Federico Suñer, señalándolo como el responsable de la campaña sucia. «Hizo inteligencia entre los vecinos escuchando un audio privado. No sólo tiene que levantar la denuncia contra los vecinos sino que si es una persona digna tiene que renunciar», recriminó.

Federico Gelay, de Consenso por San Isidro, sostuvo al respecto: «Es muy grave para la democracia que queremos construir» la denuncia de Suñer a la vecina. Y pidió al funcionario que retire la demanda.

De parte del possismo, el concejal Pablo Fontanet repudió la pegatina anónima. Pero rechazó que se ponga al municipio detrás de una campaña de desprestigio. Rolón, por su lado, defendió que el señalado subsecretario denuncie ante la Justicia, «con el objetivo de investigar estos hechos», en referencia a los supuestos secuestros en la zona de Villa Adelina, y no para perseguir vecinos.