¿La “ambulancia” de Vidal va por dirigentes peronistas?

La gobernadora estuvo en San Martín, territorio gobernado por Katopodis, del círculo de Randazzo. Cambiemos busca votos para octubre en Cumplir y en el massismo.

Empezó para Cambiemos la temporada de caza de votos peronistas en la provincia de Buenos Aires. Por primera vez después de la PASO, María Eugenia Vidal fue a San Martín a supervisar una obra de ampliación cloacal. La gobernadora se mostró sola, sin los candidatos Esteban Bullrich ni Graciela Ocaña, y también sin la compañía del intendente Gabriel Katopodis, quien perdió en su municipio a partir del acuerdo que selló con Florencio Randazzo.

Katopodis es un caso particular. En 2013 se alejó del kirchnerismo para apoyar al Frente Renovador. En 2015 abandonó a Sergio Massa para jugar con Daniel Scioli. Perdió. Juega en 2017 con Randazzo, y en las Primarias perdió en las cuatro categorías de la boleta: senador y diputados nacionales, y también en senadores provinciales y en la municipal. En todas se impuso Cambiemos.

La incursión de Vidal en San Martín no fue casual. Estuvo vinculada a la gestión y al denominado voto-cloaca, a partir de la ampliación de obras que realiza Provincia, y también Nación a través de AySA, en los municipios del Conurbano.  La visita al distrito puede leerse como la primera salida a tierras peronistas.

Si bien el oficialismo bonaerense espera crecer a partir de los votos de Massa, tercero cómodo con apenas 15% de los sufragios, el electorado randazzista aparece como el más proclive a migrar hacia el kirchnerismo en la legislativa general del domingo 22 de octubre. En La Plata, y en Casa Rosada, recuerdan que la PASO del Frente para la Victoria de 2015 entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez sumó 40 por ciento de los votos. Ese es el temor de Mauricio Macri y de Vidal. Es decir, que Cristina de Kirchner trepe del 35% al 40% en octubre a partir de los votos y los intendentes que jugaron con Randazzo.

Todos los intendentes que jugaron con el ex ministro del Interior perdieron en sus municipios ante la boleta de Vidal. Lo sufrieron, además de Katopodis, el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, que perdió en la categoría nacional y también en la municipal ante el macrista Lucas Delfino. Directamente, Zabaleta no participó de la campaña de Cumplir ni fue al búnker en el Palacio Raggio el domingo pasado.

En el cristinismo designaron a Gustavo Menéndez, jefe comunal de Merlo, como interlocutor oficial con Katopodis, Zabaleta y Bucca. Este intendente de Unidad Ciudadana intentará cerrar un pase orgánico y visible al kirchnerismo con miras a octubre. El más propenso a ese formato es Zabaleta.

En cambio, Katopodis y Bucca no lucen tan dispuestos. Su terminal en el vidalismo es el ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín de la Torre, artífice del derrumbe de Sergio Massa y el principal operador bonaerense de Cambiemos en el Conurbano. Los intendentes necesitan seguir gobernando y para eso dependen de fondos de Provincia y también de Nación. La boleta de Cristina no les garantiza gobernabilidad más allá de la sintonía política.