Geiko. Dominatrix. Su presentación en Instagram la define: sesiones BDSM (bondage, dominación, sumisión, sadomasoquismo), performance, artes visuales; pero es también modelo alternativa y tatuadora.
“Soy dominante”, aclara en el comienzo de la charla con Guía Sexus. Habla de juegos de roles y aclara, “trabajo con todo tipo de géneros, trabajo con personas”.
“Para mí es un estilo de vida. Tenés que identificarte con la situación. Para otras personas es sólo una práctica”. Dice que es asimismo una “actitud” y se describe como una “persona no convencional”.
Sobre sus comienzos en la disciplina BDSM recuerda, “hace 7 años que lo capitalicé, pero siempre tuve esta onda. Descubrí que había un mundo de dominatrices”, en ese momento “era muy reducido, pero ahora lo hacen muchas chicas”.
Las aclaraciones: “Yo no tengo relaciones sexuales. Esto es como un juego psicológico. Lo que importa es la mente de la persona, la propuesta que trae. Trabajás con la fantasía, el morbo”.
¿Cuál es el objetivo de quien te contacta, en redes o en la página en la cual promocionás?
Liberarse, tener más autoconocimiento y encontrarse en un lugar en donde pueda expresarse sin ser juzgado.
¿Por qué no accedés a una relación sexual tradicional?
Como dominante yo tengo poder. Mi poder es que jamás me vas a tocar. Pero hay otro tipo de sesiones. Hay personas que vienen a ser prisioneras, aisladas del mundo. Hay gente que en vez de ir al psicólogo viene de una dominatrix y experimenta en carne propia. Hay hombres que pagan por limpiar, porque quizá en su rutina no lo pueden hacer porque tienen un rol social establecido. Acá se pueden vestir de mujer, usar tacos. Algunas personas tienen familia, pero otras están solas y les cuesta mucho encontrar alguien que las entienda.
Este contexto de pandemia, ¿trajo limitaciones para esta práctica?
Estoy agradecida de la gente que me sigue y me continúa eligiendo. A pesar de la cuarentena yo trabajo igual, hago servicios online, me piden vídeos, tengo charlas; me pagan por grabar audios, chatear un rato.
¿Existe un perfil determinado de cliente y clienta?
Hay de todas las clases sociales, la diferencia es que quien tiene menos recursos toma menos sesiones, capaz viene una vez por mes, y una persona más pudiente una vez por semana.
¿Vivís de esta práctica?
Sí, obvio. Vivo, pago dos alquileres – incluye el departamento que funciona como estudio -, me banco mis estudios de Artes Visuales.
¿Te trajo problemas personales dedicarte al BDSM?
Le dedico mucho tiempo, porque cuando no estoy en sesión, armo temáticas, estudio. Hay que dedicarse si lo vas a hacer con respeto y pasión. Por otro lado, soy súper independiente desde que tengo noción, siempre fui de romper barreras. Siempre fui una persona no convencional.
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