El ministro Luis Petri es duramente cuestionado por el manejo de los recursos del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA). La obra social sufre un ajuste que incluye la eliminación de los aportes para militares retirados. Y tiene a varios militares, en todo el país, con reducción de coberturas médicas, teniendo que afrontar gastos en salud con dinero de su propio bolsillo.

En junio, el Ministerio de Defensa le pidió un préstamo de 40 mil millones de pesos al Instituto de Ayuda Financiera para Pagos de Retiros y Pensiones Militares (IAF) para el desarrollo de sistemas informáticos, comprar equipo médico de alto costo y mejorar el funcionamiento. Sin embargo, no hubo ninguna inversión en ese sentido y se terminó pagando deuda.

El IAF quedó a cargo de Francisco Adorni tas una intervención directa de Karina Milei, quien tiene a su cargo el pago de unos 300.000 retiros y pensiones a personal de las Fuerzas Armadas y realiza inversiones en el mercado financiero para el otorgamiento de préstamos, principalmente destinados a viviendas.

La situación de IOSFA se tornó difícil para todos sus titulares, a punto tal que el gobierno anunció que Roberto Fiochi renunció por «problemas personales» en junio, el tercer presidente IOSFA en 15 meses. Bettina Surballe, contadora mendocina del círculo más cercano de Petri, fue la elegida para presidir la obra social de los militares.

IOSFA tiene 550 mil afiliados y es una de las cinco obras sociales más grandes del país. Por eso, dentro de las fuerzas denuncian la intención de «meter mano en la caja» y avanzar en la privatización. Hasta hace poco, esa obra social no presentaba déficit.

En una carta de despedida, el representante de la Armada en el directorio de la obra social, el almirante Eduardo Urrutia, dijo, «estoy convencido que los militares somos buenos administradores. Nunca nuestra DIBA (Dirección de Bienestar de la Armada) llegó, ni hubiera llegado, a una situación de quebranto como la que vive actualmente el IOSFA. Con un marcado déficit mensual y, como consecuencia de ello, una deuda que se incrementa a cada minuto».

Y agregó, «lamentablemente, nuestra obra social termina siguiendo, pese a la resistencia opuesta, el camino de decadencia de todos los otros organismos que pasaron a ser conducidos por la política».

Entre los militares hablan de «una tormenta perfecta» que puede agravar la crisis e incluye la situación de los retirados, denuncias constantes de intento de privatización y salarios bajos.

Cabe destacar, por ejemplo, que atraviesan una situación semejante las carreras universitarias dependientes de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), en donde las condiciones laborales están notoriamente deterioradas. Por ahora, los reclamos están apenas contenidos.