Al llegar a Martín Coronado el rostro de Silvina Ayus aparece en un cartel que domina la esquina de Avenida Márquez y Presidente Perón. Su nombre es nuevo en la política local y encabeza la lista 6 como precandidata a intendente. Esta vecina del barrio nació hace 46 años en el Sanatorio La Merced. Su vocación es la docencia, ya que es maestra de grado en la Escuela Primaria 52.
Ahora busca un lugar en la política con un pie en el peronismo y el otro en la fe evangélica. Al ser consultada sobre las razones de su candidatura, Ayus se explayó: “Para cambiar la realidad es necesario participar. No llegamos a ningún lado mirando las noticias, ni resignándonos a lo que vemos. Como ciudadanos que disfrutamos nuestra democracia, ejercemos nuestros derechos”.
La postulante integra el espacio “Hay 2019”. Con el fin de despejar dudas sobre los respaldos de su boleta, explicó, “somos conducidos por el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá. Él llevó adelante la propuesta de unidad de toda la oposición a este gobierno. Como se sumó al Frente de Todos, nosotros ahora tenemos la oportunidad de participar de las PASO”.
La precandidata recibió a Guía de Noticias en el local de la Agrupación El Plumerillo, ubicada en la calle Pedraza. Junto a ella estuvo su hermano Jorge, referente distrital de Consenso Federal y hombre con línea directa al ex vicegobernador Gabriel Mariotto, el respaldo más importante de esta nómina.
Ayus intentó desdramatizar las PASO, su gran desafío para su corta trayectoria partidaria, y estableció su meta principal. “Tenemos bien en claro, como peronistas que somos, que vamos a aportar a la unidad. El objetivo de las cinco listas que se presentan es el mismo, que a partir de diciembre Valenzuela se vaya y tengamos un gobierno que lleve adelante los principios de justicia social, independencia económica e independencia política”, desarrolló.
A LA CAZA DEL VOTO CRISTIANO
Los hermanos Silvina y Jorge Ayus son parte de una congregación evangélica de la zona. Por eso son concientes de que la aventura electoral que emprendieron tiene como meta llevar votos de esta cada vez más numerosa población al redil de Alberto Fernández y CFK.
“Como cristianos veíamos que nuestro sector no tenía orientación”, admitieron, y agregaron que “tampoco había una participación activa entre los cristianos, había muchos temores a la política por los malos testimonios. Estaba muy radicalizado el pensamiento que la política es sucia”.
Por el contrario, la precandidata sostuvo ante este portal: “Creo que la política es la mejor herramienta para transformar la realidad. Confío, tengo fe, que es posible una política distinta para atender las necesidades del pueblo, que clama por atención, por ser escuchado. El gobierno actual le dio la espalda”.
Ante la consulta de si el sector evangélico es un target electoral preciado, la postulante respondió que “a raíz de distintas actividades, como la marcha al Obelisco (durante el debate por la ley de aborto) y los pañuelos celestes, el pueblo cristiano mostró su participación multitudinaria. Por eso nos están dando importancia. Los cristianos somos ciudadanos, tenemos que votar y cumplir nuestros deberes, y creo que en estas elecciones nos vamos a expresar”.
Los hermanos Ayus ubicaron como base del fenómeno Bolsonaro en Brasil al peso social de la población evangélica y por eso trabajan para que pueda sumar votos al peronismo en Argentina. En este sentido admitieron que el macrismo tiene buena llegada a los pastores y líderes de esta fe. Pero, como cuentan con el apoyo de su congregación trabajan desde hace meses para instalar su postulación en las iglesias.
Por otro lado, Silvina Ayus dejó en claro que integra la corriente “Salvemos las dos vidas”. Y aunque varios dirigentes del Frente de Todos, incluso candidatos nacionales, impulsan la interrupción legal del embarazo, no expresó incomodidad por dicha situación.
“Tengo mis principios, pero soy muy respetuosa de quien tiene otro pensamiento, no tengo autoridad para cambiarlo. Y creo que en la diversidad, en las distintas opiniones, podemos edificar”, afirmó. Y arriesgó, “los pañuelos celestes y verdes son una construcción que viene intencionalmente construida por el Gobierno para dividir”.