Padre Pepe: “Que el Estado se ponga las pilas”

El referente de los curas villeros reclama un plan contra la droga. El trabajo con los sectores más vulnerables. Sus fotos con políticos.

El sacerdote José di Paola, popularmente conocido como Padre Pepe, se convirtió en la última década en uno de los referentes de los curas en opción por los pobres. “Curas villeros”, se denominan con orgullo. “Esa es mi pasión”, admitió en diálogo con Guía de Noticias.

Hace tres años se instaló en José León Suárez para atender las necesidades de los sectores más postergados con 9 capillas, una casa de contención para adictos y misiones en las calles. A partir de su vasta experiencia no duda en pedir que “el Estado se ponga las pilas, porque son más de 40 años de no trabajar como corresponde”.

“Perdón por la tardanza, tuve que acompañar a una familia en un velorio”, se disculpó al llegar a la entrevista. Bajo el puente de la Avenida Márquez, junto a la imagen de la Virgen de Luján, Pepe saludó y bendijo a los vecinos que lo reconocían al cruzar las vías de la estación del Mitre. A su lado, una docena de hombres adultos con pecheras que rezaban “sirva Cristo” hacían “la misión” repartiendo folletos.

Con flamantes 54 años y el look de un Jesús del Conurbano, el Padre Pepe trabaja con la convicción que “tenemos que ser apasionados del lugar dónde estamos y la época en que nos toca vivir”. Mirándose en el ejemplo de Carlos Múgica, asesinado en mayo de 1974, sostiene que “el fue nuestro referente por su pasión por la Iglesia y por el momento que le tocó vivir, y porque no separó las dos cosas”.

“La Iglesia es la calle también, es el templo, la misa, son los chicos que se están recuperando”, remarcó. En medio de la crisis económica, un centenar de niños almuerzan en un comedor que instaló en un potrero de La Carcova. Aunque no da abasto, no falta el pan sobre la mesa.

También trabaja para sacar a los pibes de las drogas y especialmente del paco. “Tenemos las 9 capillas distribuidas en las villas de Suárez en la Cuenca Reconquista. Son La Cárcova, Curita, 13 de Julio y Barrio Independencia, que funcionan como centro preventivo”. Mientras en el “Hogar de Cristo”, abierto el año pasado, se desarrolla un proyecto de recuperación. “Cuando los chicos sienten la necesidad les decimos que vayan directamente  a almorzar ahí y que se queden a participar de los grupos de autoayuda”, explicó Di Paola, aunque algunos de ellos se deben internar para desintoxicarse. El “Hogar de Cristo” se encuentra en la calle Esmeralda, a metros de la estación de Suárez, un punto de acceso común para los chicos de todas las zonas.

¿Cómo se detiene el avance de la droga en los barrios? Su respuesta: “Con trabajo serio desde el Estado para vencer al narcotráfico. Y la sociedad civil, con la prevención y recuperación”.

En este sentido, Di Paola es hombre sin miedo a los desafíos. “Al saber que las villas de aquí son grandes, con pocos curas y mucha necesidad, decidí venirme”, recordó. Y tres años antes tampoco temió a las amenazas de muerte de los narcotraficantes de la Villa 21 de Barracas, tras la difusión de un documento contra el paco. “A pesar de las amenazas me quedé pero como molestaban a la gente que trabajaba conmigo me fui a Santiago del Estero”. Allí, en el monte profundo, “aprendí de una realidad diferente”.

No cree en el aporte a la solución del problema con la despenalización del consumo de drogas. “No estamos en condiciones de hacerlo. Esto se habla desde el imaginario de clase media, de chicos que van a la facultad, a la escuela y tienen elementos de contención”, argumentó. “Al trabajar con las poblaciones más vulnerables sabemos que no es el camino, porque hoy tienen menos posibilidades de expresarse”.

Como referente social, Di Paola se encontró muchas veces involucrado en campañas políticas, aunque sus colaboradores aclaran que no tiene ninguna preferencia ni se mete en discusiones ideológicas. Tras un 2015 lleno de fotos junto a candidatos, Pepe reafirmó, “mi capilla siempre estuvo abierta para todos, al peronista y al que no, al macrista y al que no” con el objetivo que “escuchen nuestra experiencia de la realidad que hay dentro de las villas y esto tenga algún efecto en ellos “.