La frase que más dio vuelta en la última sesión del Concejo Deliberante de San Isidro fue “acuerdo político”, ya sea denunciándolo como un pecado, o defendiéndolo como algo natural de la actividad política, o incluso soslayándolo. Pero en concreto, el pacto que el PRO selló el año pasado con el possismo le comienza a dar los primeros réditos.
Una sesión extensa tuvo otro capítulo de desempate protagonizado por el presidente del Cuerpo, Carlos Castellano, como en la pasada Rendición de Cuentas. El punto que trataba la creación de la Secretaría de Modernización presentaba dos despachos de comisión – por mayoría y por minoría – que recibieron 12 votos cada uno. El área tendrá dos subsecretarías y tres direcciones generales.
Aunque Marcela Durrieu (Frente Renovador) sostuvo que se trata de un presupuesto de 21 millones de pesos, el proyecto aprobado no determina el origen de los recursos para la nueva secretaría. Habrá que esperar el decreto reglamentario que emitirá el intendente Gustavo Posse para confirmar si se financia con reasignación de partidas, un temor manifestado por varios opositores.
Dicha iniciativa se implementará con ejes como la renovación tecnológica de la gestión y participación para los vecinos, entre otros aspectos, que según Pablo Fontanet (Espacio Abierto), “están en sintonía con los procesos nacional y provincial, y son un salto de calidad para modernizarnos”.
“NO SOY UN CARANCHO”
“Me pone feliz porque se va a mejorar la calidad de vida de los vecinos y habrá un municipio modelo”, se esperanzó desde su banca Rosalía Fucello. La concejal macrista es la autora del proyecto y contó con asesoramiento de colaboradores del ministro nacional Andrés Ibarra. Pero ella y su compañero Rodrigo Seguín fueron blanco de los ataques de una oposición ya consolidada de doce manos.
“No hay plata para patrullaje, pero sí para aumentar la burocracia”, lanzó el peronista Federico Gelay, “porque esto termina siendo un canje político”. Asimismo, Leandro Martín (PJ) acusó a los macristas de “recurrir a viejas prácticas”, y de que “la modernización debe mejorar la vida a los vecinos, no a un sector político”, chicaneó.
Por su parte, desde ConVocación por San Isidro Manuel Abella Nazar recordó que el possismo bloqueaba en años anteriores proyectos similares de trasparencia y participación ciudadana, muchos impulsados por su espacio vecinalista.
“Nos sorprende el ataque modernizador del oficialismo”, ironizó, “porque todos conocemos la opacidad de la gestión municipal y que no cumple con la ordenanza de Acceso a la Información Pública, por lo cual seríamos ingenuos en una voluntad política de modernizar”.
Cuando Durrieu desafió mirando a la cara de Seguin “que el PRO diga que es parte del oficialismo”, los macristas recogieron el guante. “Es muy cómodo trabajar de oposición y poner palos en la rueda”, devolvió Fucello y “no soy un carancho de la política, no vengo a sacar, no vengo por un pacto político. En la Provincia, la Nación y el municipio gobierna Cambiemos”.
HOMENAJE A MELCHOR POSSE
En otro orden de cosas fue homenajeado por Castellano el fallecido ex intendente Melchor Posse, que anteayer hubiera cumplido 84 años de edad. “No puede pensarse el San Isidro de hoy y del futuro sin incorporar en este análisis a la figura de Melchor Posse”, expresó.
Posse gobernó el municipio desde 1958 a 1962, pero consolidó su poder a partir de 1983, cuando logró tres reelecciones seguidas, razón por la cual se lo consideró un “caudillo” radical. En 2003 integró la fórmula presidencial encabezada por Adolfo Rodríguez Saá, por lo cual fue expulsado de la UCR. Su hijo Gustavo ya lo había sucedido en el cargo. El Hospital Municipal fue inaugurado en 2004 y lleva su nombre.