Levantaron la sesión en Diputados en medio de un caos

Monzó levantó la discusión en el recinto. Fue luego de serios incidentes y acusaciones cruzadas. Dudas con el quórum. Conferencia de Marco Peña.

Máxima tensión se vivió en Diputados por el debate de la reforma previsional, que finalmente terminó con un revés para el Gobierno a raíz de que la sesión fue suspendida y se trabó la sanción definitiva de la ley.

Luego de que a las 14 comenzara a sonar la chicharra llamando a sesionar, Cambiemos sentó a su tropa y media hora después no había llegado a los 129 presentes. En ese momento se sentó el jefe del bloque del FpV, Agustín Rossi, y exigió que se suspenda el encuentro. Lo mismo hizo Victoria Donda, de Libres del Sur, quien ingresó en bastones producto de que fue herida en los incidentes del miércoles. Ambos remarcaron que fuera del Congreso se estaban produciendo enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, que incluso dejaron dos diputados heridos.

Pero todo estalló cuando el tablero marcó 129 legisladores durante 7 segundos y el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, declaró que iniciaba la sesión. La oposición se levantó en furia y tras varios minutos de tensión obligó a ceder al oficialismo y se suspendió la sesión.

El interbloque oficialista buscaba convertir en ley el proyecto de reforma previsional con el apoyo de algunos legisladores que responden a gobernadores provinciales, y en el marco de un tenso clima por la convocatoria a marchas y paro de centrales sindicales.

Tras haber conseguido el dictamen de comisión correspondiente, desde Cambiemos confiaban en reunir cerca de 130 votos para imponerse a quienes anticiparon su rechazo al texto del Poder Ejecutivo, unos 110 diputados. Pero finalmente no lo logró, al menos esta semana. El proyecto de reforma previsional contiene algunos aspectos polémicos que motivaron severos cuestionamientos, en especial en lo que atañe al cambio de la fórmula de movilidad jubilatoria.

De acuerdo al dictamen -que pese a las duras resistencias se mantiene idéntico al texto aprobado en el Senado-, el sistema para el cálculo de los haberes dejará de tomar en cuenta, como uno de sus componentes, a la recaudación del fisco, y será reemplazado por otra fórmula que contempla en un 70 por ciento la variación de precios al consumidor que elabora mes a mes el INDEC, y en un 30 por ciento la evolución salarial por índice RIPTE.

También prevé un adicional anual del 5% de la evolución del Producto Bruto, que en lo concreto no varía prácticamente la suma a cobrar por los jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. Es decir que si el PBI crece, por ejemplo, un 4%, el adicional que se pagará por única vez en el año sería de apenas el 0,2%.

Además, el ajuste de los haberes pasará a ser trimestral y no semestral como sucede con el método vigente. Otro aspecto que despierta objeciones es el criterio que permitirá extender de manera optativa la vida laboral activa hasta los 70 años.

El problema que los detractores a la norma señalan es que la permanencia en el mercado de trabajo de adultos mayores traería aparejado un impacto negativo en lo que refiere a la inserción laboral del segmento juvenil.

Por otra parte, si el empleado decidiera seguir trabajando después de los 65 años, el empleador no estará obligado a realizar el aporte previsional.

Otro punto clave de la reforma es que aquellos trabajadores que se jubilen con 30 años de aportes activos tendrán una garantía del 82% sobre el salario mínimo, vital y móvil.

Quedarán afuera de ese beneficio aquellos que se jubilen por moratoria y a quienes no les corresponda el beneficio de la PBU (Prestación Básica Universal).

LA POSICIÓN DEL GOBIERNO

Tras el escándalo ocurrido en la Cámara de Diputados en la frustrada sesión para tratar la Reforma Previsional, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, apuntó contra los legisladores de la oposición, a los que acusó de «convertirse en piqueteros dentro del recinto».

«Cruzaron una raya que no se había cruzado nunca, vimos agresiones a funcionarios que fueron a plantear el debate», sostuvo Peña durante una conferencia de prensa en Casa Rosada.

El funcionario les pidió a los diputados de la oposición que tengan «la dignidad de sentarse y debatir, y de perder cuando no representan a la mayoría». Y aseguró que «dos veces» hubo quórum, algo que fue puesto en duda desde la oposición, que denunció que había en el reciento diputados electos que todavía no habían jurado y que se logró una vez que finalizó el plazo.

También se refirió al tratamiento parlamentario de Reforma Previsional y consideró que «se trató en el Senado, se sancionó con amplia mayoría, se debatió en la Cámara de Diputados, primero en comisiones, pero empezamos a ver una acción deliberada de violencia y búsqueda de bloqueo, no de una idea, sino del funcionamiento normal de la Cámara».

La conferencia de prensa abrió una duda. La diputada Elisa Carrió había dicho hoy en el recinto que iba a haber una «compensación» a los jubilados por los problemas que generaba la nueva fórmula en el primer trimestre que se aplicara. Sin embargo, Peña esquivó la pregunta. «Esta ley lo que plantea es que los jubilados el año próximo ganen 5% por encima de las inflación esperada el año próximo. No van a perder los jubilados. Por eso creemos que es una buena ley. El resto se podrá discutir como hemos hecho con otras medidas», señaló.

Cuando le preguntaron si el gobierno pensaba hacer cambios al proyecto, respondió: «No creemos que por la violencia de minorías se tiene que modificar un debate parlamentario. Sería muy triste que la extorsión de los violentos modifique un debate».

Por otra parte, no confirmó si la semana que viene Cambiemos convocará a una nueva sesión extraordinaria. «Vamos a trabajar para ver cuándo es el mejor momento para implementar un consenso amplio que se ha logrado, que permite dar previsión y sustentabilidad. Las autoridades parlamentarias sabrán cuál es el mejor momento», sostuvo la mano derecha del Presidente.