Analía Soledad Orellana con las iniciales de su nombre le da vida a Annsor, marca que a su vez lleva tatuada en su cuerpo. Más definiciones personales hay en el eslogan “pisa fuerte”. En diálogo con Guía Sexus menciona que “está inspirada en una persona segura, decidida; a donde vayas con una prenda Annsor, todos se dan vuelta a mirar”.
Diseñadora de indumentaria y textil, asesora de imagen, hace bikinis, vestidos, calzas; pero entre sus diseños favoritos se destacan los arneses. “La primera vez que te ponés arnés te sentís empoderada”, asegura, y señala que este accesorio “va con todo y lo podés usar en muchas ocasiones”.
El arnés se puede usar en la intimidad, pero también sobre la ropa; aunque admite que existe todavía una asociación con la lencería o un sex shop. A la hora de hablar de lxs clientxs, indica que “hay clientas que son bailarinas, modelos alternativas. Trabajo con muchos artistas”, y aclara, “tengo también clientes que usan mis diseños, por ejemplo que hacen pole exotic”.
Analía hace ventas en el GBA, en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Cruz, Chubut, Córdoba. El medio de promoción son las redes sociales. Consultada por la situación comercial en este contexto de pandemia, revela entusiasmada, “este año se vendió muchísimo”. Los valores de los arneses arrancan desde los 260 pesos, dependiendo del material y el tiempo de trabajo.
Sus diseños son en materiales tales como elásticos, vinilo, cuero ecológico. A medida o regulables – en todos los talles -. El color negro es protagonista, no obstante en cuero ecológico hay rosa y plateado, y está por incorporar uno en material plástico neón en naranja, fucsia, verde y amarillo.
“Con mi pareja, que estoy hace 12 años, ya está acostumbrado a los arneses y le encanta – comenta -. Los uso en la intimidad, en el pole dancing y arriba de la ropa”. Incluso remarca: “Mi intención no es sólo vender, quiero hacer cosas que me llenen como persona”.
