ArteBurlesque: sensualidad y exploración personal

Burlesque: sensualidad y exploración personal

Para lxs entendidxs, Yanina Giovannetti es sinónimo de burlesque. No es para menos, esta artista santafesina de 37 años dirige la primera academia de Argentina de formación integral de dicho género. Se capacitó en Italia con referentes como Cleo Viper; país en donde ganó también su primer premio en el festival Inzago Vintage Roots.

“El burlesque no tiene género, edad ni un cuerpo determinado”, enumera en diálogo con Guía Sexus, y añade, “es para todas las personas que tengan ganas de explorarse”.

Entonces aclara: “Trato a todes como artistas, si lo querés para tu vida personal o desarrollar de forma profesional, el proceso es el mismo”. Aunque vale la aclaración, es para todes, pero hay una realidad, “hay que ser constantes, estudiar mucho para que esto se convierta en algo profesional y un estilo de vida”.

En su academia cursan 3 años, con la opción de hacer cursos, talleres y seminarios. La mayor cantidad de estudiantes son mujeres adultas y personas trans. Con la virtualidad de un año en pandemia, en 2020 hubo estudiantes de Chile, Brasil, Ecuador, México, Estados Unidos, Italia y España, quienes hicieron el 17 de diciembre una muestra de cierre por Zoom, llamada “Aceptarnos para seducir”.

Más definiciones vinculadas con el género, “esto no es un acto de exhibicionismo” y “hay un trabajo físico y emocional, de autoconocimiento”. La formación incluye danza, teatro, vestuario, maquillaje, desarrollo personal, entre otras.

Yani, como la conocen en el medio, participó de varios proyectos artísticos, uno de los últimos fue Experiencia Virtual, del show Sex de Muscari. Fue una de las invitadas especiales y estará nuevamente en el cierre, “son personas generadoras de buen contenido y de algo histórico, porque fue una obra de teatro que se reinventó”, señala. Colaboró, además, con algunos proyectos de Osvaldo Laport.

Una vez más aparece en una entrevista de Guía Sexus el protagonismo del cuerpo, y sale el debate por la diversidad: “Hay una realidad, el capitalismo, la globalización y la heteronorma nos contaminó tanto el cerebro que vemos todo perfecto, cuando hay cosas que no son perfectas”, dice, y confiesa, “yo no tengo cirugías estéticas, tengo celulitis y estrías. Lo que presento, capaz, es tan onírico que la persona no se da el tiempo de mirar tanto el cuerpo, sino el arte”.

¿Cómo comparás a la crítica argentina con la italiana?

Me inicié allá y por eso les tengo un cariño especial. El argentino es prejuicioso, pero la diferencia que tenemos acá es que somos más políticas y estamos más involucradas en las cuestiones sociales. De todos modos, el italiano exige mucho más e ignora muchas cosas.
Por otro lado, el desarrollo del burlesque en Latinoamérica en tan poco tiempo ya avasalla lo que puede ser Italia.

¿Con que materiales trabajan, cómo manejan el tema del vestuario?

No es sólo el vestuario, sino tener una conciencia del contexto. Más allá de que al otre le guste, hay que estudiar qué se va a hacer y qué voy a proponer en ese acto.
En cuanto al burlesque, hoy día podés elegir lo que quieras ponerte, no hay algo específico. En general se confunde con cabaret que es francés y burlesque es inglés. La gente ve plumas, portaligas, corset y piedras, que hace referencia a un burlesque más clásico; pero el neo burlesque propone vestuario diverso, lo que sí debe estar es el hecho de quitarte algo, pero no necesariamente te debés quedar desnuda. Es más la actitud que le voy a poner a ese momento, al acto de despojarme de algo.

Con la virtualidad, ¿cómo manejaron el tema del espacio con lxs estudiantes?

Siempre pido que tengan un lugar privado, donde puedan moverse un poco. Después, todo puede reinventarse. En cuarentena no tenían los guantes de burlesque, entonces usaban los de cocina; no tenían batas y buscaban camisas gigantes, no había boa y se reemplazaba por bufandas.

¿Cómo es el asesoramiento a profesionales y empresas?

Muchos profesionales recurren para dar una vuelta de rosca. Durante la cuarentena me pasó de recibir a personas que ya trabajan en el ámbito profesional, pero quieren afinar su estilo. Están dentro del ambiente artístico, pero necesitan explorar un poco más hacia dónde quieren ir.
Por otro lado, tengo eventos privados y armo el show que necesitan las empresas. Además, hago “coacheo” burlesque.

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