“Quemaron casillas, golpearon y maltrataron a la gente y dicen que no fue represión. Todo el mundo sabe que al mando de (Sergio) Berni, y por orden de (Axel) Kicillof, Cristina de Kirchner y Alberto Fernández, reprimieron a 1400 familias para proteger la especulación inmobiliaria”, sostuvo Néstor Pitrola, referente del Partido Obrero, en diálogo con Guía de Noticias, en referencia al desalojo en Guernica.
Mientras que Alberto Fernández destacó a su equipo de funcionarios por el trabajo silencioso que realizaron, el mismo Presidente afirmó en una entrevista a Radio10 que “muchos aprovechan para hacer ruido político”. En ese sentido, Blanca Cantero, intendenta de Presidente Perón, y Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad, apuntaron directamente al Partido Obrero, al Polo Obrero y espacios de izquierda.
“Hay un ataque central al PO, cuando nosotros sólo apoyamos todas las luchas de tierra del pueblo trabajador, como lo hicimos siempre. Berni se jacta del desalojo de 868 asentamientos desde que está en la función. Entonces, esto es un problema social no un invento de la izquierda. Es una persecución maccartista para encubrir que no dan solución al déficit habitacional de 4 millones de familias argentinas”, manifestó Pitrola, en el marco de la segunda jornada de protesta de diversas organizaciones y partidos políticos.
El dirigente fue duro contra el Gobierno respecto a la resolución del conflicto. “Muchos países tienen bancos hipotecarios que dan el crédito de primera vivienda a treinta años y cualquier trabajador puede acceder, eso no existe en Argentina hace décadas. Lo cual refleja que tanto la derecha como el peronismo están al servicio de los mismos intereses. Este gobierno gestiona parecido a todos los que lo antecedieron”.
Finalmente, Pitrola hizo una reflexión sobre el conflicto de la toma de tierras. “Las ocupaciones aumentaron en estos últimos 45 días a lo largo de todo el país. Lo que se ocupan son tierras ociosas, es decir terrenos fiscales o con propiedad indeterminada, porque nadie paga los impuestos. Estas tierras suelen quedar en manos de los municipios que a su vez negocian con capitales privados. El Estado en vez de hacer arreglos corruptos debería generar un banco de tierra, hacer loteos y estructuras mínimas para que los trabajadores construyan sus propias casas y que paguen en cuotas los terrenos”.