Ni una Menos: un grito contra la violencia machista

Participaron de la marcha en el Congreso familiares y amigos de víctimas, agrupaciones sociales, gremiales y políticas. En el último año hubo 275 femicidios.

La segunda convocatoria por “Ni una menos, vivas nos queremos”, frente al Congreso nacional, fue nuevamente un éxito en cuanto a la voluminosa movilización; resta saber si este grito para que no haya más víctimas por violencia de género ahora es mejor interpretado por aquellos que tienen responsabilidades institucionales.

Hubo similitudes y diferencias entre 2015 y 2016. Si bien la asistencia fue masiva, el año pasado la concurrencia fue mayor (300 mil personas). Estuvieron allegados a víctimas, agrupaciones sociales, gremiales y política, las dos últimas en mayor proporción que un año atrás. El arco político iba desde la izquierda, pasando por Libres del Sur, hasta el Frente Renovador y el Frente para la Victoria. Otras diferencias consistieron en que no hubo esta vez escenario ni oradores; y ganó gran espacio el marketing de ocasión.

Aunque el tema convocante es trágico, doloroso e indignante, en Ni una Menos se apela a la creatividad para la interpelación como sociedad, el pedido de justicia y la crítica, en gran medida, a gobiernos e Iglesia. Ganan los carteles, los pasacalles, las máscaras, los cánticos y la batucada.

A la movilización se llegó con números preocupantes: en un año hubo 275 víctimas, 1 cada 30 horas, según estadísticas privadas, ya que el Estado no avanzó en este aspecto. La mitad de las mujeres muertas tenía menos de 30 años y murió en su casa. La mayoría fueron asesinadas por sus parejas o ex. 317 hijos perdieron a sus madres. A 32 de estas mujeres también las violaron. Buenos Aires encabeza la estadística de femicidios.